Claudia Conserva, conocida animadora chilena, llegó en silla de ruedas a ejercer su derecho a voto en la comuna de Colina durante la segunda vuelta de gobernadores en la Región Metropolitana. En su cuenta de Instagram, compartió una fotografía en la que se le ve usando una bota en su pierna, pero a pesar de la situación, mostró una amplia sonrisa.
“Listo, voté. (Corriendo junto a @pollolibre66 un macetero enorme con nuestro pino natural de Navidad, ocupé tanta fuerza que se cortó la cuerda y me fracturé el peroné)”, precisó la animadora en su publicación.
Con un tono ligero, Claudia continuó: “Así no más po Las cosas de la vida… Me acordé de un post anterior donde decía que uno no sabe cuando no podrá moverse, por eso había que aprovechar de hacerlo mientras se pueda… Hoy, lo que más lamento es no poder hacer pilates, pero el haberlo hecho antes me permite moverme mucho mejor con la fractura y la bota, en fin. Les cuento cómo evoluciona esto”.
Experiencia de sanación con monjes brasileños
Paralelamente, Claudia Conserva ha sido objeto de atención mediática tras relatar su experiencia de ser “operada” por monjes brasileños, un relato que compartió en un nuevo capítulo de su programa “Viaje a lo insólito”.
En su relato, Claudia comenzó diciendo: “Cuando tú tienes un diagnóstico, con un pronóstico tan malo, que es un cáncer de mama triple negativo, y sabes que lo único que te puede salvar es la quimioterapia, yo dije… estoy abierta a cualquier cosa”.
Durante su primera sesión de terapia, Claudia describió un ambiente de silencio absoluto, y de repente, “se me licuó el cerebro”. Afirmó que fue como si su mente estuviese dentro de una juguera, lo que le provocó una sensación de asombro y miedo. “Me asusté, abrí los ojos y después los cerré y lo volví a sentir… y dije, ‘que loco’”, relató.
En medio de esta experiencia, Claudia mencionó que durante una alucinación se encontró con un personaje llamado don Ceferino. “Yo era una guerrera vikinga, entonces iba en mi caballo cabalgando por dentro de mi cuerpo y de repente veo aparecer a Don Ceferino. Me bajo, lo abrazo y le digo ‘que gusto de conocerlo’, y él me dice, ‘el gusto es mío’”.
Al llegar al último martes de su tratamiento, Claudia se sintió un poco deprimida. “Me metí a la cama de blanco, lo esperé, me abrazó, me miró a la cara y me dijo textual: ‘mantenga la calma, esto va a pasar, pero tenga paciencia, todo va a estar bien’”, compartió la animadora, reflejando la profundidad de su experiencia y el impacto que tuvo en su proceso de sanación.
