La presidenta de la Fundación Generación Empresarial destaca la importancia de la integridad y el liderazgo ético en el contexto de los recientes escándalos de corrupción en Chile.
La presidenta de la Fundación Generación Empresarial (FGE), Janet Awad, ha expresado su convicción de que “Chile no es un país corrupto”, a pesar de los recientes escándalos que han surgido, como el caso conocido como “Audios”, que involucra al abogado Luis Hermosilla y ha reavivado el debate sobre conflictos de interés y tráfico de influencias. Este caso se suma a otros incidentes de colusión en el ámbito empresarial, incluyendo uno reciente en el sector de casinos. La FGE, desde su fundación en 1995, ha trabajado en la promoción de la integridad dentro de las organizaciones chilenas, buscando fomentar una cultura de ética y cumplimiento. Este esfuerzo se ha materializado en diversas iniciativas, como el Barómetro de Valores e Integridad Organizacional, plataformas para la denuncia de irregularidades y capacitaciones en regulaciones y cumplimiento normativo.
Awad enfatiza la importancia de actuar en lugar de solo diagnosticar problemas, afirmando que “hay que pasar de la crítica a la búsqueda de soluciones, involucrarse”. Reconoce que los escándalos afectan la confianza en las instituciones, tanto públicas como privadas, y que la percepción negativa puede eclipsar los esfuerzos positivos realizados por las empresas. A pesar de los avances en la implementación de buenas prácticas, la presidenta de la FGE señala que “lo malo siempre termina empañando lo bueno” y critica la falta de liderazgos éticos en la sociedad chilena.
En relación al impacto del caso Audios, Awad menciona que este tipo de situaciones deteriora la confianza y la legitimidad de las instituciones. Asegura que la integridad y la responsabilidad no solo deben ser un enfoque organizacional, sino que deben ser parte de la responsabilidad ciudadana. La fundación ha promovido la idea de que la integridad debe ser un valor presente en todos los aspectos de la vida, no solo en el ámbito empresarial. Awad sostiene que es fundamental abordar la educación en integridad desde etapas tempranas, para que los jóvenes comprendan la importancia de actuar de manera ética.
La presidenta de la FGE también destaca la necesidad de un enfoque más estructural para abordar estos problemas, sugiriendo que se deben promover espacios de conversación y formación sobre la ética y la integridad. Aunque se han implementado acciones como la Estrategia Nacional de Integridad Pública, Awad critica el avance lento de estas iniciativas, señalando que es necesario abordar la educación en integridad desde la educación primaria y secundaria.
Awad utiliza un ejemplo cotidiano para ilustrar la falta de respeto y empatía en la sociedad chilena, mencionando que durante los atochamientos en las carreteras, algunas personas optan por transitar por la berma, lo que refleja una falta de consideración hacia los demás. Esta conducta, según ella, es indicativa de un problema cultural más amplio que trasciende el ámbito empresarial.
Respecto a las críticas que han surgido tras la implicación de ministros de la Corte Suprema en el caso Audios, Awad sostiene que no se puede calificar a Chile como un país corrupto. Asegura que, aunque existen casos de corrupción, es más importante actuar y buscar soluciones que simplemente diagnosticar la situación. La FGE ha abogado por un enfoque que promueva la integridad y la ética, no solo como una cuestión de cumplimiento legal, sino como un compromiso personal.
En cuanto a la percepción de que los casos de corrupción son aislados, Awad señala que la comunicación actual y la exposición mediática han hecho que las empresas estén más vigiladas. Sin embargo, también menciona que la cultura empresarial en Chile ha estado históricamente centrada en un enfoque economicista, aunque ha comenzado a evolucionar hacia un modelo que busca generar un impacto social positivo.
La presidenta de la FGE concluye que el liderazgo es un factor crucial en la promoción de la integridad. A pesar de contar con sistemas y políticas robustas, la falta de un liderazgo íntegro puede obstaculizar el cambio. El líder debe ser un ejemplo a seguir, y cuando se desvían de un comportamiento ético, esto puede tener repercusiones negativas en toda la organización.
En diciembre de 2024, el Presidente Gabriel Boric Font, junto a otros funcionarios, presentó la Estrategia Nacional de Integridad Pública (ENIP), que incluye 210 medidas para mejorar la transparencia y la lucha contra la corrupción en Chile. Sin embargo, el avance de esta estrategia ha sido limitado, con solo 31 medidas cumplidas, 98 en desarrollo y 81 que aún no han comenzado a implementarse.