La historia detrás de las icónicas coronas del Festival de Viña en tres veranos

Kenita revive su coronación: "Fue un antes y un después para mi vida".
Kenita revive su coronación: "Fue un antes y un después para mi vida".

La elección de la Reina del Festival de Viña del Mar ha sido un evento significativo en la cultura chilena, especialmente en el cambio de milenio, donde se vivieron transformaciones notables en este certamen. En un periodo de tres años, desde 1999 hasta 2003, se produjeron acontecimientos que marcaron un hito en la historia del festival, comenzando con el triunfo de la cantante cubana Celia Cruz en el año 2000, quien se impuso a Cecilia Bolocco. Este evento no solo destacó la popularidad de Cruz, sino que también sentó las bases para la evolución de la elección de la reina en los años siguientes.

Transformaciones en la elección de la Reina del Festival

El año 2001 trajo consigo la inauguración de los piscinazos, una nueva forma de celebración que fue introducida por la actriz uruguaya Natalia Oreiro. Este evento se convirtió en una tradición que atrajo la atención del público y se consolidó como parte del espectáculo del festival. Posteriormente, en 2003, la modelo María Eugenia “Kenita” Larraín se alzó con el título, convirtiéndose en la primera figura de la farándula en ganar “la gran tradición de Viña”. Estos cambios reflejan cómo la elección de la reina se transformó en uno de los momentos más esperados y queridos por el público durante cada verano en Chile.

Recuerdos de Kenita Larraín

En una entrevista con La Hora, Kenita Larraín compartió sus recuerdos sobre su victoria en el festival. Ella expresó que su triunfo en Viña del Mar representó un antes y un después en su vida. “Estar en la historia de los Reyes del Festival siempre ha sido y será un gran orgullo para mí”, comentó. Larraín recordó el momento de su elección con gran emoción, describiéndolo como uno de los días más maravillosos de su vida.

Al recordar cómo se enteró de su victoria, Larraín relató: “Como si fuera ayer. Estaba haciendo unas fotos para mi programa de entonces en Canal 13, ‘La movida del festival’, que era el programa oficial del Festival de ese año. Recuerdo que me dieron la noticia y todo era celebración. De un momento a otro entró un productor gritando ¡ganaste, ganaste!, y de verdad que fue como estar cumpliendo el sueño más hermoso de todos”.

La modelo también reflexionó sobre el impacto que tuvo su coronación en su carrera. “Sí, claro, ganar esa corona trajo muchas bendiciones para mi carrera como modelo y desde ahí también para mis trabajos en la televisión”, afirmó. Larraín atesora este momento como un hito que marcó su trayectoria profesional, describiéndolo como “algo inolvidable y súper importante para mí”.

En su análisis personal, Larraín expresó que el momento de ser coronada fue como “mi niña pequeña, mi niña interior, coronándose como reina”. Recordó cómo, de niña, soñaba con ser una princesa y tener una corona, lo que hizo que su victoria en el festival fuera aún más significativa. “El que fuera elegida en ese momento como la Reina del Festival más importante de nuestro país y también de Latinoamérica, la verdad es que fue un gran honor”, concluyó, destacando la importancia de este evento tanto para su vida adulta como para su niña interior que siempre había soñado con ese momento.