Un beso podría ser mortal para joven de 25 años con extraña enfermedad

Una joven de 25 años enfrenta una extraña enfermedad que limita su dieta drásticamente.
Una joven de 25 años enfrenta una extraña enfermedad que limita su dieta drásticamente.

Caroline Cray Quinn, una joven de 25 años residente en Boston, Estados Unidos, enfrenta un desafío de salud extraordinario que podría resultar fatal con un simple beso. Esta situación se debe a su diagnóstico de síndrome de activación mastocitaria (MCAS, por sus siglas en inglés), una condición poco común que afecta aproximadamente a una de cada 150.000 personas. Esta enfermedad provoca que las células sanguíneas de Quinn reaccionen de manera desproporcionada e inapropiada a ciertos alimentos, olores y otros desencadenantes ambientales, lo que la obliga a tener un control riguroso sobre su dieta.

Quinn ha compartido su experiencia a través de un video en TikTok, que ha alcanzado 1,7 millones de visualizaciones, donde explica que su dieta se limita a solo dos alimentos: avena y una fórmula nutricional especialmente diseñada para sus necesidades. Esta restricción alimentaria es crucial, ya que cualquier ingesta de alimentos que su cuerpo no tolera puede desencadenar reacciones alérgicas severas, potencialmente mortales.

La joven ha establecido reglas estrictas para poder recibir un beso. Según sus declaraciones, la persona que desee besarla debe cumplir con ciertas condiciones: no haber comido nada en las tres horas previas al beso y haberse cepillado los dientes. Además, es fundamental que la persona no haya consumido ninguno de los seis alimentos que ella considera más peligrosos para su salud: maní, nueces, sésamo, mostaza, mariscos o kiwi. Si alguien ha ingerido alguno de estos productos, debe esperar al menos 24 horas antes de intentar besarla.

A pesar de estas precauciones, Caroline ha experimentado reacciones alérgicas leves, como picazón en los labios, boca y lengua, lo que subraya la gravedad de su condición. Actualmente, mantiene una relación con un novio que ha adaptado su dieta para alinearse con las restricciones de Quinn, lo que demuestra un compromiso significativo hacia su bienestar.

Además de sus restricciones alimentarias, Quinn también es alérgica a los perros y gatos, lo que añade un nivel adicional de dificultad a su vida cotidiana. Ella ha comentado que salir de casa o ir a la playa representa un riesgo para su salud, pero ha manifestado su determinación de llevar una vida lo más normal posible, a pesar de los desafíos que enfrenta debido a su enfermedad.