
Un carguero con 2.901 vacas uruguayas navega en condiciones críticas tras quedar varado en Turquía por más de tres semanas. El buque, conocido como Spiridon II, ha estado en alta mar desde su partida de Montevideo a mediados de septiembre, llegando al mar de Mármara el 22 de octubre. Sin embargo, no logró obtener la autorización necesaria para descargar el ganado debido a bloqueos por parte de las autoridades turcas, quienes alegaron inconsistencias en la certificación veterinaria de parte del lote. A pesar de que las autoridades uruguayas sostienen que los controles sanitarios estaban en regla, la situación se ha complicado por un desacuerdo comercial entre la empresa exportadora uruguaya y la importadora turca.
Con el rechazo confirmado y sin un puerto europeo dispuesto a recibir la carga, el Spiridon II comenzó su retirada del Mármara el 9 de noviembre, navegando de regreso a Montevideo con una fecha estimada de llegada para el 14 de diciembre. Este viaje, que abarca más de 10.000 kilómetros, se desarrolla en un contexto de creciente preocupación por la salud y el bienestar de los animales a bordo.
Organizaciones de bienestar animal han expresado su alarma por las condiciones en las que se encuentran los animales. Según The Animal Reader, el estado a bordo se deteriora cada día, y la capacidad de la embarcación, que tiene más de 50 años, no garantiza condiciones adecuadas para mantener al ganado en buen estado. María Boada Saña, de la Fundación para el Bienestar de los Animales, advirtió: “Observamos que el barco no lleva suficiente alimento. Es muy difícil que los animales lleguen a Uruguay con vida, y es más probable que los arrojen por la borda en alta mar”.
Hasta el momento, se ha reportado la muerte de al menos 58 vacas, y se han registrado alrededor de 50 nacimientos de terneros en condiciones inciertas. Las organizaciones de bienestar animal han señalado que el hacinamiento, la falta de ventilación adecuada y el espacio limitado para aliviar el calor son factores críticos que agravan la situación durante esta prolongada travesía.
Marcia del Campo, ex presidenta del Instituto Nacional de Bienestar Animal (INBA), ha manifestado su preocupación, afirmando que “la salud, la sobrevivencia está en juego”. Este incidente podría tener repercusiones significativas sobre la reputación internacional de Uruguay, un país que ha trabajado arduamente para posicionarse como un modelo en materia de bienestar animal.
A su regreso a Uruguay, se abrirá un nuevo capítulo administrativo y sanitario, donde se definirán los protocolos de inspección y las responsabilidades de la empresa exportadora por los animales que han muerto durante el viaje o por los nacimientos ocurridos en condiciones adversas.














