Antiguamente, cuando en Sudamérica no se aplicaba aún la regla de que en caso de igualdad en el resultado global de una llave, la mayor cantidad de goles de visita definía al ganador, se tomaba como una derrota empatar sin goles como local.
Pero ahora, no sólo por la aplicación de esa norma en nuestro continente (en Europa se aplicaba desde mucho antes), sino también por la obligación de jugar sin público, se hace evidente que la localía ya no es ninguna ventaja, sino lo contrario.
Por eso el empate a 0 entre Boca Juniors de Argentina y Santos de Brasil no solo deja la llave abierta de cara a la revancha; si Boca marca un gol en ese partido, Santos estará obligado a marcar dos para superarlo.
En el encuentro disputado en Argentina la jugada más clara llegó a los 8 minutos, cuando Sebastián Villa estrelló un remate en el horizontal del portero John. Sin embargo, de haber sido gol, la jugada se habría anulado con el VAR, pues el atacante de Boca Juniors estaba en posición de adelanto.
El Santos intentó con distintos remates de Marinho y Kaio Jorge, pero no logró preocupar a Esteban Andrada, quien estuvo atento cada vez que el equipo brasileño se acercó a su pórtico.
En la segunda mitad, el encuentro mantuvo la tónica, pero se vivió un polémico momento cuando a los 73′ Carlos Izquierdos derribó en el área “Xeneize” a Marinho y los visitantes reclamaron penal. La jugada fue revisada por el VAR, pero se desestimó la situación, por lo que el árbitro del partido, el chileno Roberto Tobar, ni siquiera fue a mirar la jugada al monitor.
La vuelta se jugará el miércoles 13 de enero a las 19:15 horas de Chile en el Estadio Vila Belmiro de Sao Paulo, donde ambos equipos necesitan un triunfo para clasificar a la final. En tanto, un nuevo empate 0-0 llevará la definición a los penales, mientras que un empate con goles le dará la llave a Boca Juniors.
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