Barras de proteína: ¿realmente son saludables o esconden riesgos para tu salud?

Explora los efectos ocultos de las barras de proteína en nuestra salud.
Explora los efectos ocultos de las barras de proteína en nuestra salud.

Las barras de proteína han ganado popularidad en el mercado de la alimentación saludable, atrayendo tanto a deportistas como a personas que buscan un estilo de vida activo. Sin embargo, su creciente consumo ha generado preocupaciones sobre los efectos a largo plazo en la salud.

El auge de las barras de proteína

El crecimiento de las barras de proteína se ha visto impulsado por la tendencia hacia el fitness y una mayor conciencia sobre la nutrición. Estos productos, que se presentan como una solución para aumentar la ingesta de proteínas, se han convertido en un elemento común en gimnasios, supermercados y tiendas de suplementos. Sin embargo, detrás de su atractivo marketing y el respaldo de figuras influyentes en el deporte, existe una narrativa más compleja que está siendo analizada en el ámbito de la nutrición.

Según el nutricionista y académico de la Universidad del Desarrollo, Edison Hormazábal, las barras de proteína son “suplementos que contienen una alta cantidad de proteínas, generalmente de origen animal o vegetal, junto con otros ingredientes como carbohidratos, grasas saludables, fibra, vitaminas y minerales”. Su éxito se debe a varios factores, como la conveniencia de su consumo, la creciente conciencia sobre la salud y la popularidad de las dietas ricas en proteínas, tanto entre deportistas como entre personas que buscan un estilo de vida saludable.

Hormazábal aclara que, aunque estos productos están diseñados principalmente para deportistas de alto rendimiento, su consumo puede ser beneficioso, siempre bajo la supervisión de un profesional, para aquellos que desean aumentar su ingesta proteica, controlar su peso, mejorar la recuperación muscular tras el ejercicio, o simplemente como un snack saludable que reemplace opciones menos nutritivas.

Un análisis financiero de MarketWatch indica que el mercado global de las barras de proteína ha crecido de manera tan rápida que se espera que para 2026 sus ventas superen los 2.000 millones de dólares. Este crecimiento se debe a que muchas personas asocian las proteínas con una buena condición física, creyendo que el consumo de estos productos es automáticamente beneficioso para la salud, lo que puede llevar a descuidar dietas equilibradas y otros alimentos más saludables y accesibles.

Consideraciones sobre la salud

A pesar de su popularidad, el consumo excesivo de barras de proteína puede tener efectos negativos. Hormazábal advierte que “su consumo excesivo puede llevar a varios efectos dañinos, incluyendo problemas digestivos (como hinchazón o diarrea), un exceso de calorías que puede resultar en aumento de peso, y una ingesta desbalanceada de nutrientes”. Además, muchas de estas barras contienen azúcares añadidos e ingredientes artificiales, lo que puede hacer que algunas sean simplemente barras de chocolate con proteína incorporada.

En su rol como coordinador del área de Nutrición Deportiva en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad del Desarrollo, Hormazábal ha realizado análisis químicos de suplementos alimenticios para deportistas, encontrando discrepancias entre lo que se indica en las etiquetas y lo que realmente contienen los productos. “Es fundamental leer las etiquetas cuidadosamente, ya que la composición nutricional puede variar significativamente entre diferentes marcas y productos. Muchas barras pueden contener más azúcares añadidos de lo esperado y menos proteína de la que afirman”, puntualizó.

Otro aspecto a considerar es el impacto que estos productos pueden tener en el sistema digestivo. Las barras de proteína suelen contener grandes cantidades de fibra, lo que puede provocar problemas gastrointestinales si se consumen en exceso, tales como hinchazón, gases y malestar estomacal. Además, el consumo indiscriminado de proteínas puede ser innecesario para la mayoría de las personas y podría causar daño a los riñones a largo plazo, así como contribuir a la deshidratación. Aunque los atletas y las personas muy activas pueden requerir más proteína, muchos consumidores que eligen las barras sin necesidad real superan significativamente su ingesta diaria recomendada.

En relación al consumo de barras de proteína en niños y adolescentes, Hormazábal señala que “no está necesariamente contraindicado” para este grupo etario, pero enfatiza que su ingesta “debe ser limitada y supervisada”, ya que “los niños en crecimiento necesitan un equilibrio de nutrientes y no requieren de estos suplementos”. Además, algunas barras pueden contener ingredientes que no son adecuados para su desarrollo o que pueden provocar alergias.

Alternativas más saludables y económicas

Con el crecimiento del mercado de la alimentación, es probable que las barras de proteína continúen evolucionando. Por lo tanto, es vital que los consumidores se mantengan informados y realicen elecciones fundamentadas sobre lo que realmente es beneficioso para su salud. Es importante leer las etiquetas, ser consciente de los ingredientes y comprender que, aunque las barras de proteína pueden tener su lugar como un suplemento ocasional, no deberían reemplazar una dieta equilibrada.

Hormazábal concluye que “existen alimentos más económicos y nutricionalmente equilibrados que las barras de proteína. Ejemplos incluyen legumbres (como lentejas y garbanzos), huevos, yogur griego, frutos secos, carnes magras, pescado y productos lácteos. Estos alimentos no solo son ricos en proteínas, sino también en otros nutrientes esenciales, y suelen ser más asequibles si se compran en su forma natural o poco procesada.”