No te sientes en la taza o aguántate hasta la casa son expresiones comunes que se escuchan desde la infancia cuando se trata de ir al baño en lugares públicos. El temor a contraer infecciones o enfermedades al utilizar estos baños es un sentimiento que ha perdurado a lo largo de las generaciones. Sin embargo, según expertos en salud, esta preocupación podría ser más un mito que una realidad. Aunque es cierto que los baños públicos a menudo no son los más higiénicos, los especialistas afirman que son más seguros que evitar la necesidad de orinar.
Perspectiva de los expertos sobre el uso de baños públicos
El urólogo de la Clínica Dávila Vespucio, Jaime Barahona, señala que “genera más asco usar un baño público sucio que el que existan riesgos reales”. La mayoría de los especialistas consideran que el riesgo de contraer infecciones urinarias o de transmisión sexual en estos lugares es “poco probable”. Para que esto ocurra, debe haber un contacto cercano con el contaminante. Barahona añade que “tendría que haber un contacto muy estrecho con la taza del baño para que entren gérmenes en la uretra femenina o masculina”.
El ginecólogo de IntegraMédica, Eghon Guzmán, complementa esta información al afirmar que “en hombres nunca he conocido, de haberse contagiado de esta manera”. En el caso de las mujeres, aunque existe una pequeña probabilidad de infección, esto podría suceder si, al defecar, se salpican gotas de agua contaminada.
Origen del mito sobre los baños públicos
Los especialistas explican que el origen del mito sobre los peligros de los baños públicos podría estar relacionado con casos en los que personas han desarrollado infecciones tras usarlos. Sin embargo, esto se atribuye a una forma incorrecta de higiene personal. Guzmán detalla que “en el caso particular de las mujeres, muchos casos se generan debido al desconocimiento por la forma de limpiar la zona genital, lo que genera que los gérmenes se muevan y puedan ingresar a la uretra, aumentando la probabilidad de padecer este tipo de infecciones”.
Riesgos de no usar baños públicos
Los especialistas advierten que el verdadero riesgo no radica en el uso de baños públicos, sino en la decisión de no utilizarlos. Abstenerse de orinar puede llevar a problemas más serios, como infecciones urinarias. El ginecólogo del Centro Integral de la Mujer de la Clínica Ciudad del Mar, Ignacio De la Torre, explica que “la orina se almacena a una temperatura cercana a los 35° grados en la vejiga y muchos elementos que la conforman pueden permitir el crecimiento y desarrollo bacteriano”.
Según KidsHealth, la orina contiene “sales, toxinas y agua” que deben ser eliminadas del cuerpo a través del proceso de filtrado natural realizado por los riñones. Mantener estos desechos dentro del organismo por más tiempo del recomendado puede provocar enfermedades e infecciones. Guzmán enfatiza que “la orina acumulada es un excelente caldo de cultivos para gérmenes”.
Además, muchas mujeres tienden a aguantar las ganas de ir al baño o esperan hasta llegar a casa por motivos de higiene, lo que puede ser muy peligroso. De la Torre advierte que “aguantar no es sano” y que es más riesgoso no orinar que usar un baño público.
Consejos para el uso seguro de baños públicos
A pesar de las recomendaciones de los especialistas, es probable que la higiene de algunos baños públicos no sea óptima. Por ello, los expertos sugieren utilizar toallas desinfectantes o papel higiénico para limpiar el asiento del inodoro. El ginecólogo de la Clínica Ciudad del Mar aconseja que el asiento quede completamente seco y que “no exista ningún tipo de líquido o fluido que puedan producir algún contagio de infecciones dermatológicas”. Estas infecciones son las únicas que podrían contraerse en un baño público, pero son fáciles de prevenir mediante el uso de desinfectantes.