Avon, la icónica marca de productos de belleza y para el hogar, solicitó recientemente la protección bajo el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras en Estados Unidos. Esta medida busca facilitar la reestructuración de la empresa, permitiéndole suspender temporalmente el pago de sus deudas mientras reorganiza sus finanzas. La decisión se produce tras una serie de demandas que han mermado la liquidez de la compañía.
Los problemas financieros de Avon se deben en parte a las numerosas demandas legales en su contra, relacionadas con afirmaciones de que algunos de sus productos, como el talco, provocan cáncer.
Hasta la fecha, la empresa ha desembolsado 225 millones de dólares para defenderse de aproximadamente 386 demandas por daños personales, con la expectativa de que más litigios sigan llegando.
Avon lideró durante años el mercado de los cosméticos bajo su modelo de venta a domicilio, enfrentando desafíos numerosos mientras impulsaba iniciativas de emprendimiento para mejorar la calidad de vida de las mujeres en todo el mundo, a través del cuidado personal.
¿Cómo afecta a nuestro país la quiebra de Avon?
A pesar de la situación, Avon y su casa matriz, Natura & Co, han asegurado que las operaciones de la marca fuera de Estados Unidos no se verán afectadas. En América Latina, donde Avon cuenta con una clientela sólida y fiel, se espera que las actividades continúen con normalidad bajo la gestión de Natura.
La compañía brasileña, que adquirió Avon en 2019 por 2 mil millones de dólares, se ha consolidado como uno de los cuatro principales grupos de productos de belleza a nivel mundial.
En medio de la incertidumbre, Natura & Co ha reiterado que el proceso de quiebra se concentra exclusivamente en las operaciones de Avon en Estados Unidos, y que las filiales en América Latina no están involucradas. “No se espera que este proceso tenga impacto en las operaciones de Avon fuera de los Estados Unidos, incluyendo los mercados latinoamericanos”, declaró la empresa a Forbes México.
