El caso de Adriano, un destacado delantero del fútbol mundial, es uno de los más impactantes en la historia reciente del deporte. La muerte de su padre marcó un antes y un después en su vida, llevándolo a una situación de vulnerabilidad que lo ha dejado sin trabajo y viviendo en una favela, mientras lucha contra el alcoholismo. En una carta conmovedora, el exfutbolista expresó su dolor y reflexionó sobre su vida y carrera.
La vida y carrera de Adriano
Adriano, conocido como el Emperador, fue considerado uno de los mejores futbolistas de su época, acumulando numerosos títulos tanto a nivel nacional como internacional. Sin embargo, su vida personal se vio profundamente afectada por la trágica muerte de su padre en 2004, un evento que, según él, cambió su vida para siempre. En su emotiva carta, el jugador comenzó diciendo: “Sé lo que se siente ser una promesa, incluyendo una promesa incumplida. El mayor desperdicio del fútbol: yo. Me gusta esa palabra porque estoy obsesionado con desperdiciar mi vida”.
El impacto de la muerte de su padre
El fallecimiento de su padre fue un acontecimiento devastador para Adriano. En su carta, relató cómo ocurrió el trágico suceso: “Le dispararon en la cabeza en una fiesta en Cruzeiro. Una bala perdida. La bala entró por su frente y se alojó en la parte posterior de su cabeza. Los médicos no tenían forma de sacarla”. Este evento no solo afectó a Adriano emocionalmente, sino que también tuvo un impacto significativo en la vida de su familia.
El exjugador del Inter y de la Roma explicó que tras la muerte de su padre, su familia nunca volvió a ser la misma. “Mi padre comenzó a tener convulsiones frecuentes. ¿Alguna vez has visto a una persona sufriendo un ataque epiléptico frente a ti? No quieres verlo, hermano. Da miedo”, compartió Adriano, reflejando el profundo dolor que ha sentido desde entonces.
La lucha personal de Adriano
A lo largo de los años, Adriano ha enfrentado múltiples desafíos personales. En su carta, abordó los rumores sobre su vida, afirmando: “No tomo drogas, como intentan demostrar. No me gusta el crimen, aunque podría haberlo hecho. Bebo cada dos días, sí. Y los otros días también. Bebo porque no es fácil ser una promesa que sigue en deuda”.
Su carrera futbolística comenzó a declinar, y se retiró en 2016, un año en el que su físico había cambiado drásticamente. A pesar de su talento y logros en el campo, el dolor de la pérdida de su padre y las luchas personales lo llevaron a una vida alejada de los reflectores del fútbol profesional.