Transformar aulas en entornos naturales podría reducir la miopía infantil, según estudio en China

Aulas inspiradas en bosques: una solución para frenar la miopía infantil.
Aulas inspiradas en bosques: una solución para frenar la miopía infantil.

Un experimento realizado en China ha revelado que transformar las aulas en espacios que simulan el entorno natural podría ser una herramienta efectiva para reducir el avance de la miopía en niños. Según informó un equipo de investigadores liderado por Weizhong Lan de la Universidad Central del Sur, decorar las aulas con imágenes de árboles, arbustos y cielos en lugar de mantener las paredes blancas tradicionales mostró resultados prometedores. El estudio involucró a 500 estudiantes de primaria en la provincia de Yunnan.

Detalles del estudio

El estudio se desarrolló durante un año y dividió a los niños en dos grupos. Unas 10 clases, aproximadamente 250 niños de 9 años, asistieron a lecciones en un aula decorada como un bosque, mientras que el grupo restante continuó en aulas tradicionales. Antes y después del experimento, se evaluó la salud ocular de los participantes, centrándose en la curvatura del cristalino y midiendo las dioptrías para detectar signos de miopía. Los niños que estudiaron en aulas decoradas experimentaron una menor progresión de la miopía en comparación con aquellos en aulas tradicionales.

Relación entre el entorno y la miopía

La relación entre los entornos interiores y la miopía, una condición que afecta la capacidad de enfocar objetos lejanos, ha sido vinculada desde hace mucho tiempo al tiempo excesivo que los niños pasan en interiores. Esta afección ocurre cuando la distancia entre la córnea y la retina se vuelve demasiado grande, lo que provoca que la luz se enfoque delante de la retina. Aunque las causas exactas de la miopía no están completamente claras, se ha observado que pasar más tiempo al aire libre reduce el riesgo de desarrollarla.

De acuerdo con las hipótesis predominantes, la exposición a escenas brillantes y visualmente estimulantes que se encuentran en el exterior es clave para prevenir la miopía. Estas escenas contienen “altas frecuencias espaciales”, lo que significa que presentan patrones visuales con cambios abruptos en los estímulos, bordes y contrastes, lo que fomenta un desarrollo saludable del ojo.

Diseño del experimento

Para probar esta teoría, el diseño del aula imitaba el exterior, cubriendo los escritorios con imágenes de árboles y arbustos, y decorando el techo para que pareciera un cielo. Además, se ajustó la iluminación para garantizar que fuera uniforme. Según explicó Ian Flitcroft del Children’s Health Ireland Hospital Temple Street en Dublín, los niños hipermétropes que asistieron a las aulas decoradas avanzaron 0,22 dioptrías menos que sus compañeros en aulas tradicionales. En el caso de los niños con visión 20/20, la diferencia fue de 0,18 dioptrías.

Estas cifras pueden parecer pequeñas, pero Billy Hammond de Georgia destacó que son clínicamente significativas, ya que incluso una reducción moderada puede tener un impacto positivo a largo plazo. Sin embargo, también se mencionaron limitaciones en el estudio. Hammond indicó que las mejoras podrían deberse a que los niños perciben altas frecuencias espaciales con la misma claridad que en un entorno normal, lo que podría tener un efecto protector visual.

Implicaciones de los hallazgos

Las posibles aplicaciones de estos hallazgos respaldan la idea de que los estímulos visuales influyen en la salud ocular. El ojo crece en respuesta a lo que percibe; ambientes artificiales y monótonos podrían limitar este desarrollo. En contraste, los entornos que ofrecen una variedad de patrones, colores y distancias estimulan el ejercicio visual. Se sugiere implementar decoraciones similares en otros contextos como una solución rentable. Los participantes del estudio reportaron que la decoración afectó su concentración y, en algunos casos, mejoró su eficiencia en el aprendizaje.

No obstante, expertos han expresado cautela ante estos resultados preliminares. K. Davina Frick de Johns Hopkins señaló que, aunque el estudio ofrece indicios prometedores, se necesita más investigación antes de recomendar ampliamente este tipo de intervenciones. Asimismo, subrayó que sigue siendo mejor estrategia fomentar actividades al aire libre, no solo por los beneficios visuales, sino también por los efectos positivos en general. Coincidió en que crear entornos naturales puede ser una alternativa útil en contextos donde el acceso al exterior es limitado.

Este estudio abre la puerta a nuevas formas de abordar la creciente prevalencia de la miopía infantil, especialmente en un mundo cada vez más interior. Los expertos insisten en que cualquier intervención debe complementarse con esfuerzos para fomentar actividades frente a pantallas.