
Cada semana, aproximadamente 4.000 chicas adolescentes y mujeres jóvenes contraen el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) en todo el mundo, según datos recientes de ONUSIDA. Este dato pone de manifiesto una realidad alarmante: las mujeres jóvenes representan el 44% de las nuevas infecciones globales. En el marco del Día Internacional de la Mujer, organizaciones como AIDS Healthcare Foundation (AHF) han alzado la voz para visibilizar cómo la desigualdad de género, la violencia y el acceso limitado a servicios de salud continúan perpetuando esta situación.
Situación en América Latina y el Caribe
La situación en América Latina y el Caribe es igualmente preocupante. Según AHF, la región enfrenta tasas más altas de embarazos a nivel global, con 1,6 millones de nacimientos anuales entre jóvenes de 15 a 19 años. Este contexto, sumado a la falta de educación sexual integral y métodos anticonceptivos, incrementa la vulnerabilidad frente al VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS).
En Argentina, el último Boletín de Respuesta a las ITS, publicado en diciembre de 2024, indica que el 30% de los nuevos diagnósticos de VIH en 2024 correspondieron a personas cisgénero, mientras que el 55,4% de los casos de sífilis notificados afectaron a mujeres, lo que representa una razón de 1,2 por cada varón. La situación económica y la falta de acceso a productos básicos de higiene menstrual también agravan esta problemática, advierten desde AHF. Estas carencias “afectan su dignidad, movilidad y oportunidades de desarrollo”, además de perpetuar un ciclo de pobreza y exclusión.
Compromiso de las organizaciones
Frente a este panorama, la organización reafirma su compromiso de garantizar que “ninguna mujer o niña quede atrás” en la lucha contra la desigualdad, un vínculo que está directamente relacionado con la propagación del VIH. Se estima que el 53% de las personas que viven con el virus son niñas en las regiones de África subsahariana, donde el 62% de las nuevas infecciones se producen en este grupo. “La desigualdad de género, las restricciones a los derechos reproductivos y la falta de acceso a la salud y la educación están profundizando las disparidades”, destacaron desde AHF.
En este sentido, Loretta Wong, Subdirectora de Incidencia en Políticas Globales de AHF, señaló: “Las mujeres merecen la posibilidad, el conocimiento y los recursos para tomar el control de su futuro”. El cambio real requiere, según Wong, compromisos concretos que incluyan la expansión de la prevención y el tratamiento del VIH, así como el empoderamiento económico.
Importancia de la detección temprana
Natalia Haag, Directora Nacional de Testeo y Prevención en Argentina, enfatizó que el VIH puede afectar a todas las edades y orientaciones sexuales, y muchas personas no presentan síntomas en las etapas iniciales. Por ello, es clave realizar campañas de concientización que promuevan controles y chequeos para la detección temprana. Estas iniciativas no solo permiten identificar el virus en etapas iniciales, sino que también fomentan el acceso a tratamientos antirretrovirales, que pueden reducir la carga viral a niveles casi indetectables.
Sin embargo, muchas personas carecen de información básica sobre el VIH y su prevención. Por este motivo, se enfatiza la necesidad de fortalecer los programas educativos sobre anticonceptivos y empoderar a las personas para reducir su vulnerabilidad.
Políticas públicas y avances en la lucha contra el VIH
La prevención y las políticas públicas son claves en la lucha contra el VIH. “En el contexto de la mujer, esta promesa es fundamental”, destaca Wong. A pesar de que ha habido avances significativos, estos aún son insuficientes. De acuerdo con ONUSIDA, las infecciones se han reducido en un 60% desde 1995, pero el progreso se ha estancado en los últimos años. En 2023, se registraron 1,3 millones de nuevas infecciones, cifra que está lejos del objetivo de reducirlas a menos de 370.000 para 2025.
El tratamiento antirretroviral permite a las personas vivir de manera plena y saludable. Una persona con una carga viral indetectable no transmite el virus (I=I), lo que permite un embarazo saludable con el adecuado seguimiento médico. En 2023, se logró que el 83% de las adultas mayores de 15 años recibieran terapia antirretroviral, según ONUSIDA. Sin embargo, persisten brechas importantes, especialmente en el caso de los niños, cuya cobertura fue del 57% en el mismo año. La detección temprana pone en riesgo a las personas y aumenta la transmisión del virus. La Organización Mundial de la Salud (OMS) enfatiza la importancia de prevenir y tratar el VIH de manera eficaz. Para vivir de manera saludable y reducir la transmisión, es indispensable el acceso universal a estos medicamentos y a servicios de salud integrales.