Rocío Lam, chilena en Israel, relata su experiencia durante el ataque de Irán y cómo su familia se resguarda en un búnker ante los bombardeos.
Rocío Lam, una ciudadana chilena que reside en Israel, compartió su experiencia sobre la reciente ofensiva de Irán, que ha lanzado aproximadamente 250 misiles hacia el país. Este ataque se produjo tras el inicio de operaciones militares de Israel contra el movimiento Hezbolá en localidades del sur del Líbano. Lam ofreció su testimonio desde un búnker en la vivienda de sus suegros, donde se encontraba con gran parte de su familia, a excepción de dos de sus hijos.
En su relato, Rocío mencionó que ya habían recibido información sobre la posibilidad de un ataque por parte de Irán. “Ya nos habían informado que Irán estaba pensando en tirar los cohetes”, comentó. Agregó que “sabíamos que esa era una posibilidad, que Irán atacara, no era seguro hasta hace unas tres horas, que ya avisaron que sí, que ya había noticias de que era seguro que Irán iba a atacar”.
Cuando comenzaron los bombardeos, Rocío explicó que la mayoría de su familia se encontraba en casa. “Tengo cuatro hijos, dos no están acá, estaban en otros kibutz, uno estaba jugando fútbol y se fue a un lugar especial, no como búnker, pero sí para resguardarse”, relató. Su esposo, que se encontraba en la calle en el momento de las sirenas, tuvo que seguir un protocolo de seguridad: “tienen que parar el auto, salirse del auto, tirarse al suelo, ponerse las manos en la cabeza, esperar a escuchar boom y esperar diez minutos”.
Rocío también destacó que era la primera vez que les indicaban que no podían salir del búnker hasta recibir nuevas instrucciones. “Por lo general, después de la sirena, es entrar (al búnker) y esperar diez minutos. Ahora es primera vez que tenemos que esperar a que nos digan”, explicó. Mientras narraba su experiencia, recibió la noticia de que podían salir de su refugio, pero poco después las sirenas volvieron a sonar.
En cuanto a cómo se informan sobre la situación, Rocío mencionó que todos tienen una aplicación en sus teléfonos que proporciona información específica sobre los ataques. “Es súper específico por los lugares, o sea a veces suena (el teléfono) en el kibutz del condominio de al lado y acá no”, indicó. Esta aplicación complementa las sirenas instaladas en el exterior de las viviendas. “En este sector donde estamos nosotros es un minuto y medio que tenemos para entrar al búnker y cerrar la puerta. Hay otros sectores que tienen un minuto y otros que tienen hasta dos minutos, depende de dónde viene (el ataque)”, explicó.
Respecto a la educación de sus hijos, Rocío informó que han estado sin asistir a la escuela durante cinco días, participando en clases a través de Zoom. Esto se debe a que, tras el inicio de los ataques desde el Líbano, las clases en el norte fueron suspendidas. Sin embargo, mencionó que sus hijos pueden salir a jugar con amigos dentro de la comunidad, y que hay búnkers disponibles en todas las casas para garantizar su seguridad en caso de un ataque.