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Rafael Araneda se prepara para su regreso al Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, donde será el anfitrión por novena vez, junto a Karen Doggenweiler. Este evento, que se celebrará en 2025, marca el regreso de Araneda después de siete años de ausencia, consolidándolo como uno de los conductores más emblemáticos del festival, solo superado por Antonio Vodanovic en años de animación. Rafael Araneda expresó en una entrevista con La Cuarta que considera este regreso como “un honor, un privilegio, un regalo que me da la vida profesional”.
Importancia del Festival de Viña
Araneda es consciente de la relevancia del Festival de Viña, no solo en Chile, sino en el ámbito latinoamericano. “El Festival de Viña es la fiesta musical más importante del mercado latino y de Chile, por supuesto”, afirmó. Durante una gira promocional en Estados Unidos, destacó que el festival es visto con “admiración y respeto” en el mundo latino, y que es considerado una “vitrina al mundo del mercado artístico latino”.
Preparativos para el festival
Este año, Rafael Araneda trabaja en colaboración con Mega, la cadena que tiene la licitación del festival por los próximos cuatro años. Ha estado preparándose intensamente para enfrentar el “monstruo” del festival, participando en reuniones online y realizando viajes a Chile. “Son horas de lecturas de biografías de los artistas y reuniones online con el equipo”, explicó. Durante su estancia en Chile, tuvo la oportunidad de ensayar con Paola Volpato y Tita Ureta, así como leer libretos con Karen Doggenweiler.
Araneda también mencionó que la experiencia acumulada a lo largo de los años es fundamental para su preparación. “La principal preparación es la experiencia que uno ha ido recabando; las horas de vuelo. Lo mismo que le pasa a Karen”, indicó. Su trayectoria incluye haber conducido el festival entre 2011 y 2018, así como numerosas galas de Rojo, donde adquirió habilidades para manejar grandes audiencias.
Desafíos y expectativas
El animador se enfrenta a este nuevo desafío con la intención de “hacer lo mejor posible mi trabajo… es ser la mejor versión de mí y no de otro”. Se autoimpone retos para mejorar continuamente y busca dar confianza a su equipo. “En todos mis trabajos soy súper riguroso. Me gusta conocer cada uno de los componentes que dan vida a una transmisión monumental como es el Festival”, comentó.
Rafael Araneda también se prepara para cualquier eventualidad que pueda surgir durante el evento. “Ahí se le echa mano al oficio y la improvisación. La técnica es estar preparado lo mejor posible para ciertos momentos donde todo puede fallar. Siempre, eso sí, hay que tener una cartita bajo la manga”, explicó.
El legado del Festival de Viña
El Festival de Viña del Mar cumplirá 64 años en 2025, y Araneda reconoce que su relevancia perdura gracias al público. “La ciudad es la que hace que esta fiesta perdure; el arraigo, además, que se produce por la energía y la pasión de la Quinta Vergara”, afirmó.
El animador también destacó la importancia histórica del festival, mencionando que muchos artistas consideran un hito haber participado en él. “Han desfilado los artistas más importantes. Muchos de ellos ponen en sus currículos que tal año estuvieron en el Festival. Eso me llena de orgullo porque es una fiesta chilena que congrega la atención de todos; es un punto de encuentro, una cita imperdible del verano”, aseguró.
En cuanto al futuro del festival, Araneda se muestra optimista, anticipando que en diez años podría incorporar nuevas tecnologías, pero manteniendo su esencia. “El sello está ahí, en su valor histórico, en sus tradiciones, el rugido del público, esa marea gigante que baila, disfruta, canta y pifia cuando no le gusta algo. Eso es Viña del Mar y ojalá esa mística no muera jamás”.