
El 8 de abril de 2024, se produjo un hallazgo inquietante en la comuna de Ñuñoa, donde se encontraron restos humanos en el césped de una vereda. Este descubrimiento fue reportado por el personal de aseo de un edificio, lo que llevó a la intervención de la policía. La situación fue inicialmente asignada a la Fiscalía Especializada de Crimen Organizado y Homicidios (ECOH), que instruyó a la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) para que se dirigieran al lugar y realizaran un análisis del sitio del suceso.
Detalles del hallazgo
Con el transcurso de las horas, varias hipótesis que se habían considerado fueron descartadas. Las investigaciones permitieron determinar la edad, el sexo y la contextura de la persona fallecida, además de establecer que no había indicios de un trauma que sugiriera un homicidio. El fiscal de Flagrancia, Francisco Lanas, declaró el 10 de abril que “no hay un cuerpo desmembrado, no hay una organización criminal detrás. Efectivamente, es un caso que no vemos habitualmente”. A pesar de esto, se mencionó que no se podía descartar que la mujer que trasladó el cuerpo fuera formalizada, aunque no en un futuro inmediato. Actualmente, la causa sigue abierta bajo la supervisión de la jefa de la Fiscalía Local de Ñuñoa, Rossana Folli.
Investigación del cuerpo
Los exámenes realizados al cuerpo no lograron determinar la causa de la muerte, lo que cerró esa línea de investigación. La atención se centra ahora en si la mujer de 81 años que transportó la maleta incurrió en algún delito. En la región de la Araucanía, se podría encontrar una respuesta a esta cuestión.
Los recolectores y la maleta
El hallazgo se produjo en la calle Los Talaveras, entre Alcalde Eduardo Castillo Velasco y Dublé Almeyda, donde se encontraron restos humanos momificados envueltos en un material blanco. En el momento del hallazgo, la maleta ya no estaba presente. El comisario Vicente Torres explicó que “al momento del hallazgo, no se encontraba una maleta. Solamente se encontraba el cuerpo envuelto en una especie de lona, que luego con el transcurso de la investigación se logró determinar que esta lona correspondía a un paño de esas carpas que se han visto en la feria”.
Durante la investigación, se descubrió que dos recolectores de reciclaje habían tenido contacto con el cuerpo. El primero de ellos tomó la maleta en la esquina de Alcalde Eduardo Castillo Velasco y Los Talaveras, llevándola durante media cuadra. Al detenerse para revisarla, notó un mal olor y restos que pensó que eran de origen animal, por lo que decidió dejar la maleta en el lugar. Posteriormente, otro recolector se llevó la maleta sin preocuparse por su contenido o el olor. Hasta el momento, se desconoce la identidad de este segundo recolector y el paradero de la maleta.
Identificación de la mujer
Las investigaciones también revelaron que una mujer mayor fue vista arrastrando la maleta a las 06:21 de la mañana en la calle Los Jardines. Esta mujer, identificada como Lorenza, había salido de su casa con la maleta. Se supo que su amiga, Erica, había fallecido un año antes en un domicilio a un kilómetro y medio de distancia. Lorenza había mantenido el cuerpo en su casa hasta que, el 8 de abril, sintió la necesidad de que alguien encontrara a Erica.
La verdadera monja
Inicialmente, se pensó que Lorenza era una monja debido a su forma de vestir. Sin embargo, el Arzobispado de Santiago aclaró que su vestimenta y creencias eran una elección personal y que no pertenecía a ninguna congregación católica. En cuanto a Erica, no se encontraron registros que indicaran que ella fuera religiosa. La hija de Lorenza, Pamela, sí es monja y reside en Italia, donde fue consagrada con el nombre de Maria Benedetta della Croce.
Análisis forense del cuerpo
La subprefecto Pía Smok, quien estaba de turno el día del hallazgo, se trasladó al lugar para supervisar la situación. “Cuando llegué a este lugar, la verdad es que había mucha conmoción, había mucha prensa, muchos policías”, relató Smok. El cuerpo encontrado estaba en un estado avanzado de descomposición, lo que complicó el análisis inicial.
Los forenses determinaron que se trataba de un cuerpo humano, específicamente de una mujer de raza caucásica, mayor de 60 años. La revisión dental sugirió que había tenido acceso a atención médica, lo que indicaba una buena situación económica. Se utilizó inteligencia artificial para estimar la estatura de la mujer, que se calculó entre 160 y 165 cm.
Los forenses concluyeron que Erica no había muerto por un trauma, ya que no había evidencias que respaldaran esa hipótesis. Sin embargo, no se pudo determinar la causa exacta de su muerte, ya que el análisis de restos óseos no permite estudiar causas como neumonía o infarto, que requieren de tejidos blandos y vísceras. Smok mencionó que “los forenses somos personas súper responsables y tenemos que avanzar hasta donde podemos avanzar”.
Posibles cargos contra Lorenza
Dado que no se pudo avanzar en la investigación sobre la causa de muerte de Erica, la atención se centra en si Lorenza cometió algún delito al trasladar el cuerpo. Existe un debate sobre la tipificación del hecho, ya que no califica como inhumación o exhumación ilegal. La opción que se considera es el delito de “traslado ilegal de restos humanos sin autorización sanitaria”, que se ha aplicado en otros casos similares.
El fiscal regional Roberto Garrido explicó que este delito está relacionado con el incumplimiento de los reglamentos sobre la sepultación y el traslado de cuerpos. La decisión sobre si se formaliza a Lorenza por este delito está en manos de la fiscal Rossana Folli, quien deberá determinar si cierra el caso o procede con la formalización.