Tensiones geopolíticas elevan los precios del crudo en medio de un clima de incertidumbre.
El petróleo ha experimentado su mayor incremento semanal en un periodo de dos años, impulsado por el temor a que Israel lleve a cabo ataques contra las instalaciones petroleras de Irán en respuesta a un reciente ataque con misiles que afectó su territorio. El precio del barril de Brent continuó su tendencia al alza el pasado viernes, tras haber registrado un aumento del 5% el día anterior, cuando el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mencionó que su administración estaba considerando la posibilidad de apoyar ataques potenciales contra la infraestructura energética iraní.
No obstante, un funcionario del gobierno estadounidense aclaró posteriormente que la administración aún se encontraba en conversaciones con Israel y que no se había tomado ninguna decisión definitiva al respecto. En este contexto, los precios del crudo han aumentado casi un 9% durante la semana, ya que la intensificación de las hostilidades en la región genera preocupaciones sobre posibles interrupciones en el suministro de petróleo proveniente de Medio Oriente.
La tensión entre Israel e Irán, así como entre sus respectivos aliados en Líbano, Gaza y Yemen, ha ido en aumento durante el último año, lo que ha suscitado temores sobre un conflicto a gran escala que podría involucrar a otros países. Esta semana, Irán lanzó una serie de misiles hacia Israel, en respuesta a la intensificación de la ofensiva israelí contra Hezbolá, un grupo respaldado por Teherán, que incluyó el despliegue de tropas en el sur de Líbano. En este contexto, el Grupo de los Siete (G7) instó a los países de la región a “actuar con responsabilidad y moderación”.
Es importante destacar que Medio Oriente representa aproximadamente un tercio del suministro mundial de crudo. En los últimos meses, Irán ha estado produciendo alrededor de 3,3 millones de barriles diarios, lo que lo posiciona como el tercer mayor productor dentro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
En cuanto a la posibilidad de un ataque significativo por parte de Israel a las capacidades de exportación de Irán, Citigroup ha estimado que tal acción podría eliminar del mercado hasta 1,5 millones de barriles diarios. Si el ataque se limitara a infraestructuras menores, las pérdidas podrían oscilar entre 300,000 y 450,000 barriles. Además, existe la preocupación de que Teherán pueda intensificar la tensión atacando las infraestructuras energéticas de naciones vecinas o las rutas de suministro, como el estrecho de Ormuz. Clearview Energy Partners ha advertido que una interrupción en el tránsito a través de esta vía en la desembocadura del golfo Pérsico podría provocar un aumento en el precio del crudo de entre 13 y 28 dólares.
Sin embargo, algunos analistas se muestran escépticos respecto a la probabilidad de que se produzca una alteración significativa en el mercado. Según ANZ Group Holdings Ltd., un ataque de Israel contra las instalaciones petroleras iraníes es considerado la opción “menos probable”. Los analistas Daniel Hynes y Soni Kumari han señalado que un ataque de este tipo podría incomodar a los aliados de Israel, incluidos Estados Unidos, y podría desencadenar una respuesta más contundente por parte de Teherán.
A pesar de esto, los mercados de opciones están enviando señales de advertencia, ya que los inversionistas están apostando a que el precio del petróleo podría seguir en ascenso. Al cierre del jueves, las opciones de compra del West Texas Intermediate (WTI), que se benefician de los aumentos de precios, mostraban la prima más amplia en comparación con las opciones de venta en un periodo de dos años y medio. La volatilidad implícita también ha experimentado un aumento significativo.
La crisis actual ha comenzado a tener repercusiones en el sector del transporte marítimo, evidenciado por un incremento en las ganancias de los tanqueros desde que se intensificó la situación.