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Un hombre ha logrado controlar una computadora únicamente con su mente gracias a un implante cerebral de Neuralink, lo que marca un avance significativo en la tecnología de interfaces cerebro-computadora. En una entrevista con The Guardian, Noland Arbaugh, el primer ser humano en recibir este tipo de implante, compartió su experiencia transformadora tras un accidente en 2016 que lo dejó tetrapléjico. Ocho años después, Arbaugh tomó la decisión de someterse a una cirugía innovadora para implantar el chip N1, desarrollado por la empresa de Elon Musk.
El accidente y la vida de Noland Arbaugh
En junio de 2016, cuando tenía 22 años, Arbaugh sufrió un accidente mientras nadaba en un lago en Nueva York. Aunque no recuerda exactamente lo que sucedió, cree que un amigo lo golpeó accidentalmente en la cabeza mientras se sumergían. Al despertar, se encontró boca abajo en el agua, incapaz de moverse o respirar, y comprendió de inmediato que estaba paralizado. A pesar de la gravedad de su situación, Arbaugh no sintió miedo en ese momento. Su lesión afectó la cuarta y quinta vértebra, dejándolo tetrapléjico. Los médicos inicialmente tenían esperanzas de que pudiera recuperar algo de movilidad, pero pronto quedó claro que su condición sería permanente. Arbaugh reflexionó sobre su suerte al haber estado ventilado durante toda su vida tras la lesión.
Antes del accidente, Arbaugh era un joven activo que practicaba deportes como fútbol, baloncesto, rugby y golf, además de tocar en una banda de rock. La repentina dependencia de su familia para las actividades diarias, como ducharse y usar el baño, se convirtió en uno de los mayores desafíos que enfrentó en su nueva realidad.
La decisión de someterse a la cirugía
En septiembre de 2023, un amigo y gran admirador de Elon Musk llamó a Arbaugh emocionado para informarle que la compañía había abierto una convocatoria para ensayos humanos. Aunque hasta ese momento Arbaugh sabía poco sobre las interfaces cerebro-computadora, la posibilidad de recuperar cierta autonomía lo convenció de aplicar de inmediato. Su madre, Mia, también participó en el proceso de selección, que incluyó exhaustivas evaluaciones como escáneres cerebrales y análisis psicológicos. Después de varias rondas de entrevistas, en enero de 2024, Arbaugh recibió la confirmación de que sería implantado con el dispositivo. A pesar de la incertidumbre, sintió una paz en su decisión.
Arbaugh expresó que estaba dispuesto a asumir los riesgos asociados con el procedimiento, afirmando: “Si hay algún tipo de mejora cerebral, entonces ya quiero vivir con ustedes, pongan el hogar”. La cirugía se llevó a cabo el 29 de enero de 2024 en el Instituto Neurológico Barrow y duró menos de dos horas. Arbaugh explicó que le quitaron un pedazo de cráneo para reemplazarlo con el chip.
Resultados y reacciones tras la cirugía
Después de la operación, Arbaugh pudo asistir a una videollamada donde se le dijo: “Vas a ser parte de la historia”. Al despertar, el equipo activó el implante y esperó los primeros resultados. Arbaugh intentó mover un dedo, algo que había hecho millones de veces antes, y vio una púa amarilla en la pantalla. Los ingenieros rompieron en aplausos, y algunos incluso lloraron al darse cuenta de que la conexión era real. Arbaugh recibió felicitaciones de un empresario que lo había apoyado, quien le agradeció por su valentía.
Arbaugh describió el momento como el comienzo de una revolución en su vida y una ventana hacia la tecnología. “Solo soy consciente de lo que plantea. Control mental, control corporal… Podrías hacer que la gente vea cualquier cosa, experimente diferentes sentimientos, emociones, alucinaciones”, comentó. A pesar de las incertidumbres, mira hacia el futuro con entusiasmo.
Visiones futuras y aspiraciones
Arbaugh sueña con un mundo donde pueda conectarse a un auto Tesla o a un robot humanoide Optimus que le brinde autonomía y lo cuide las 24 horas. Mientras tanto, desea aprovechar su experiencia para ayudar a otros y explorar nuevas oportunidades. Le gustaría completar su carrera universitaria y convertirse en un defensor de la comunidad de interfaces cerebro-computadora (BCI).
Una pregunta permanece en el aire: ¿qué sucederá cuando termine el estudio de Neuralink? Arbaugh se pregunta si podría simplemente apagar el implante. “No pueden prometerme nada”, admitió, pero mantiene un optimismo cauteloso. “Estoy contento con mi vida. Lo de Neuralink, volveré después. Encontraré la manera”.