La importancia de la seguridad ante el monóxido de carbono durante huracanes y tormentas.
Los vientos intensos y las lluvias torrenciales que acompañan a los huracanes representan un peligro significativo, pero existe un riesgo adicional que a menudo pasa desapercibido: el monóxido de carbono (CO). La Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor de los Estados Unidos (CPSC, por sus siglas en inglés) ha emitido advertencias sobre los efectos potencialmente mortales del monóxido de carbono, un gas que se libera de los generadores de gas que las personas pueden utilizar para proporcionar energía a sus hogares tras grandes tormentas.
De acuerdo con datos proporcionados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., se estima que “más de 400 personas mueren cada año por envenenamiento por CO”, según un comunicado de la CPSC publicado antes de que el huracán Milton tocara tierra en Florida. La CPSC también indicó que “alrededor de 92 de esas muertes están relacionadas con generadores portátiles”. Para evitar que estas tragedias ocurran, la CPSC insta a los residentes de Florida que se encuentren en el camino de la tormenta a seguir una serie de consejos de seguridad si se quedan sin electricidad.
Es fundamental que nunca se opere un generador dentro de la casa o muy cerca de ella, lo que incluye garajes, porches, cocheras y sótanos. El monóxido de carbono es un gas inodoro que puede acumularse de manera silenciosa, incluso si se abren ventanas y puertas, lo cual no es suficiente para dispersarlo. Se recomienda operar el generador a una distancia mínima de 20 pies de la casa y asegurarse de que su escape esté dirigido lejos de cualquier edificio donde pueda entrar una persona.
Además, es importante sellar ventanas, rejillas de ventilación de secadoras y otros puntos de entrada del generador. La CPSC también aconseja seguir las instrucciones de operación del generador, especialmente en condiciones de clima lluvioso y ventoso, y tener en cuenta los “peligros de descargas eléctricas e inclemencias del tiempo, lo que incluye esperar hasta que pase la lluvia para usar carpas de combustible”.
Se sugiere mantener el generador en buenas condiciones. Muchos modelos modernos vienen equipados con una función de apagado automático por CO, que apaga el dispositivo cuando detecta niveles peligrosos de monóxido de carbono en su entorno. “Estos modelos están certificados según los últimos estándares portátiles (PGMA G300-2018 y G300-2023 UL 2201), lo que se estima que reduce significativamente el riesgo”, explicó la CPSC.
Las alarmas de humo son otro elemento crucial para mantener la seguridad de la familia. Es esencial asegurarse de que estén cargadas y funcionen en todo momento, especialmente las alarmas combinadas interconectadas, que son las más efectivas. “Cuando suena una, todas suenan”, se enfatiza la importancia de instalar un detector de monóxido de carbono en la vivienda, preferiblemente en el dormitorio. Si suena la alarma, no se debe ignorar; se debe salir de inmediato y llamar al 911.
La CPSC también advierte sobre los peligros eléctricos que pueden surgir de electrodomésticos mojados. Si un aparato eléctrico ha estado en contacto con agua, no se debe tocar, ya que existe el riesgo de descarga eléctrica. Si los aparatos han estado bajo el agua, se debe solicitar a un profesional que revise su uso. “Reemplaza las válvulas de control de gas, el cableado eléctrico, los disyuntores y los fusibles que hayan estado en contacto con agua”, aconsejó la CPSC.
Además, se debe tener cuidado con el uso de carbón vegetal y velas, ya que encender un brasero en interiores o en un garaje es una idea letal. En su lugar, se recomienda utilizar luces de batería. Si se utilizan velas, es importante no encender nada que pueda incendiarse y nunca dejarlas encendidas sin supervisión. Se debe apagar cualquier vela al salir de la habitación o al irse a dormir.