
Al menos 179 personas perdieron la vida la mañana del domingo tras el accidente de un avión de pasajeros surcoreano que se estrelló y se incendió al aterrizar. Este incidente se considera uno de los peores desastres aéreos en la historia del país. El vuelo de Jeju Air regresaba de Bangkok con un total de 181 personas a bordo cuando falló en desplegar su tren de aterrizaje, deslizándose por la pista antes de colisionar contra un muro y quedar envuelto en llamas en el Aeropuerto Internacional de Muan, ubicado en el sur de Corea del Sur.
Según la agencia nacional de bomberos, dos miembros de la tripulación fueron rescatados de la parte trasera del avión, pero se temía que la mayoría de los pasajeros no hubieran sobrevivido, según informaron funcionarios a la agencia de noticias surcoreana Yonhap. De los 175 pasajeros, 173 eran surcoreanos y los otros dos eran tailandeses, de acuerdo con el ministerio de transporte. En el avión también viajaban seis miembros de la tripulación.
El presidente interino de Corea del Sur, Choi Sang-mok, quien asumió el cargo el viernes tras la destitución de su predecesor por el parlamento, se comprometió a “investigar la causa [y] tomar medidas para prevenir la recurrencia de accidentes similares”. En sus declaraciones desde el lugar del accidente, afirmó: “Esta es una situación grave. Haremos todo lo posible para afrontar los daños”.
Imágenes transmitidas por la televisión local mostraron densas columnas de humo que emergían de los restos del avión, un jet bimotor Boeing 737-800. El ministerio de transporte indicó que la torre de control del aeropuerto había emitido una advertencia sobre un posible impacto de aves aproximadamente un minuto antes de que los pilotos hicieran una llamada de emergencia. El accidente se produjo cinco minutos después de esta advertencia.
Funcionarios del ministerio informaron que se habían recuperado los registradores de datos de vuelo y de voz en cabina del avión para facilitar la investigación del accidente. El piloto contaba con una amplia experiencia, con un historial de vuelo que superaba las 6,800 horas.
El Aeropuerto de Muan permanecería cerrado hasta el 1 de enero, según lo informado por el ministerio. Jeju Air, una aerolínea de bajo costo surcoreana establecida en 2005, activó sus protocolos de emergencia. El presidente de la compañía, Kim E-bae, expresó en un comunicado televisado: “Ofrecemos nuestras más profundas condolencias a las víctimas y sus familias en duelo. Sentimos una gran responsabilidad y haremos todo lo posible para descubrir la causa exacta del accidente”. La aerolínea aseguró que el avión, que tenía 15 años, había recibido mantenimiento regular y no se habían reportado fallas antes de su salida del Aeropuerto Suvarnabhumi en Bangkok.
Por su parte, Boeing también comunicó que estaba en contacto con la aerolínea respecto al incidente. El modelo 737-800 es parte de la línea de “nueva generación” de Boeing, que ha sido fundamental para los vuelos de corta distancia desde su introducción en la década de 1990. Este modelo está siendo reemplazado gradualmente por el más moderno y eficiente 737 Max, aunque el Max ha enfrentado diversas crisis, incluidos los accidentes de 2018 y 2019, que han suscitado interrogantes sobre la calidad de los procesos de fabricación y los protocolos de seguridad de Boeing.
Corea del Sur ha experimentado varios desastres aéreos mortales, aunque el historial de seguridad del país ha mostrado mejoras en los últimos años. Según datos gubernamentales, las aerolíneas surcoreanas han tenido un total de 67 accidentes en los últimos 10 años, resultando en 59 muertes. Entre los incidentes más notorios se encuentra el derribo de un vuelo de Korean Air por la antigua Unión Soviética en 1983, que causó la muerte de 269 personas a bordo. En 1997, otro vuelo de la misma aerolínea se estrelló en Guam, resultando en la muerte de 228 de las 254 personas a bordo. En 2013, un vuelo de Asiana Airlines se estrelló al intentar aterrizar en San Francisco, dejando un saldo de tres muertos y 187 heridos.