Crecen las críticas a la alcaldesa Karen Bass por su gestión ante devastadores incendios en California

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La devastación provocada por los incendios forestales en el sur de California ha generado una ola de indignación entre los residentes de Los Ángeles, quienes han manifestado su descontento con la gestión de la alcaldesa Karen Bass. Una petición en la plataforma Change.org, que exige su renuncia, ha superado las 50.000 firmas. Según informó Fox News, la solicitud acusa a la alcaldesa de una “mala gestión grave” y de no haber mostrado liderazgo durante la crisis, especialmente al encontrarse fuera del país en un momento crítico. La controversia se intensificó debido a que la funcionaria se encontraba en Ghana asistiendo a la inauguración presidencial, mientras comenzaban a arrasar las regiones afectadas. La petición, iniciada por un usuario identificado como “Frustrated Californian”, señala que “familias han sido desplazadas, hogares destruidos y medios de vida arrasados”, mientras la alcaldesa permanecía ausente de las zonas afectadas.

Además, se exige una investigación completa y transparente sobre las fallas en la preparación, respuesta y asignación de recursos para enfrentar la emergencia. Los recortes presupuestarios en el Departamento de Bomberos han agravado la crisis. Uno de los puntos más polémicos en torno a esta situación es la reducción de 17,6 millones de dólares en el presupuesto del Los Angeles Fire Department (LAFD) para el año fiscal 2025. En declaraciones de la jefa del departamento, Kristin Crowley, se indicó que estos recortes han afectado directamente la capacidad del departamento para responder ante incendios. “Mi mensaje es que el departamento de bomberos necesita estar adecuadamente financiado”, afirmó la directiva en una entrevista con LA, subrayando que el volumen de llamadas de emergencia se ha duplicado desde 2010, mientras que la ciudad cuenta con menos estaciones y personal.

Aunque Crowley defendió en una conferencia de prensa que había recursos en la ciudad, contradijo esta afirmación al asegurar que sí hubo un impacto significativo en los servicios. Este desacuerdo ha alimentado aún más las críticas hacia la alcaldesa, quien enfrenta una creciente presión pública para asumir la responsabilidad de la crisis.

El impacto de los incendios ha sido devastador: miles de personas han sido evacuadas y se han reportado pérdidas significativas en áreas forestales, identificándose que Palisades, Eaton, Hurst y Lidia han sido arrasadas, con un total de 12.140 hectáreas quemadas en California, dejando un saldo de 11 personas fallecidas y 10.000 viviendas destruidas. Las condiciones climáticas, incluyendo vientos de fuerza huracanada y sequedad extrema, han exacerbado la propagación de las llamas, obligando a 180.000 personas a evacuar sus hogares. La falta de agua en varias áreas ha dificultado las labores de los bomberos, lo que llevó al gobernador Gavin Newsom a anunciar un desempeño del agua y energía.

Esta situación ha puesto de manifiesto las deficiencias en la infraestructura y la preparación para desastres de tal magnitud. En defensa de su ausencia, tras regresar de su viaje a Ghana, la alcaldesa intentó justificar su falta de presencia, afirmando que, aunque estaba físicamente ausente, mantuvo contacto con los responsables. “Aunque estuve aquí, la comunicación es constante con quienes están aquí presentes todo el tiempo”, afirmó. También prometió realizar una revisión exhaustiva una vez que la situación esté controlada. Sin embargo, estas declaraciones no han logrado calmar las críticas.

Figuras públicas como la actriz Sara Foster y el empresario Elon Musk han expresado su descontento en redes sociales, calificando la gestión de la alcaldesa como “totalmente incompetente”. Por su parte, el actor James Woods culpó a la mala gestión de los incendios, mientras que Sarah Michelle Gellar también sumó críticas, señalando problemas en el tráfico durante las evacuaciones. Este desafío político se ha convertido en un tema definitorio para la administración de Bass, quien busca recuperar la confianza de los ciudadanos de Los Ángeles. Mientras las llamas continúan causando estragos, la presión para que renuncie sigue aumentando, movilizando tanto a ciudadanos comunes como a figuras influyentes.