
El autor estadounidense Harlan Coben se ha convertido en un nombre familiar en el ámbito de la literatura de suspenso, y su obra ha dado un giro interesante al ser adaptada a la pantalla en Argentina. Su novela Atrapados ha sido transformada en una serie para la plataforma Netflix, lo que ha llevado a cambios significativos en la narrativa original, incluyendo el lenguaje, los personajes y algunas de las acciones. Coben, quien nació en Nueva Jersey en 1962, ha expresado su satisfacción con esta adaptación, que se estrena el miércoles 26, coincidiendo con el aniversario del golpe de estado que marcó un cambio en la historia argentina.
Adaptación de la novela a la serie
La serie presenta a Ema Garay, interpretada por Soledad Villamil, como la protagonista, una periodista que investiga casos de abuso y que se enfrenta a la desaparición de un adolescente. El primer sospechoso es Leo Mercer, un trabajador social interpretado por Alberto Ammann, quien parece ser un chico bueno que se dedica a ayudar a adolescentes en situaciones difíciles. La fundación que dirige está ubicada frente a un lago, en un paisaje que se presenta como un atractivo visual en la serie, aunque se insinúa que hay más de lo que parece.
La productora Vanessa Ragone de Haddock Films ha comentado sobre el proceso de adaptación, señalando que se buscó una transformación radical de la historia, pero manteniendo el corazón de la novela. La serie se sitúa en Bariloche, un lugar que se eligió por su neutralidad y por su conexión con la cultura argentina, lo que permite que la historia resuene de manera universal. Ragone menciona que “lo que podía suceder en la Ciudad de Buenos Aires, raíz de los vínculos entre personajes, nos llevó a Bariloche, lo que también dio lugar a otro personaje en la serie”.
Temas de la serie y reflexiones de Coben
Coben ha reflexionado sobre los temas de la serie, que incluyen la moralidad y el perdón. En una conversación, se le preguntó sobre el perdón y su respuesta fue que “todos perdonamos todo el tiempo”, aunque también reconoció que hay cosas que son imperdonables. Su experiencia personal, con padres que fueron exiliados, influye en su perspectiva sobre la violencia y el perdón en el contexto argentino.
El autor también ha abordado la cuestión de las desapariciones, señalando que “un muerto puede ser resuelto, tal vez haya justicia, pero un desaparecido mantiene la esperanza toda la vida”. Esta idea de la desaparición es central en la narrativa de la serie, que explora el impacto emocional de la pérdida y la incertidumbre.
Coben ha mencionado que la idea de la pedofilia fue inspirada por un programa de televisión estadounidense llamado Atrapando depredadores, donde se capturaba a hombres que intentaban encontrarse con menores. Esta premisa se refleja en la historia de Ema y Leo, donde la confianza y la traición juegan un papel crucial.
La ambientación y el proceso creativo
La ambientación en Argentina y específicamente en Bariloche ha sido un aspecto destacado por Coben, quien se mostró encantado con la adaptación. Afirmó que “los peores intentos de adaptación tratan de parecerse exactamente al libro”, y que en este caso, la adaptación ha logrado capturar la esencia de la historia original mientras se enriquece con la cultura local.
El director Miguel Cohan ha sido el encargado de llevar a cabo esta visión, y Coben ha expresado su satisfacción con el trabajo del equipo, destacando que desde el principio pidió que Cohan interpretara el papel principal. La belleza y el misterio de Bariloche, con sus bosques y paisajes, se han convertido en un telón de fondo perfecto para la narrativa de suspenso que caracteriza a Coben.
En cuanto a la representación de los personajes, Coben ha indicado que antes de la adaptación, los personajes existían en su mente de manera vaga, y que ahora, con la interpretación de Soledad Villamil, se han materializado de una forma que él no había imaginado. La serie promete ser un viaje emocional que explora dilemas morales complejos, manteniendo la tensión y el interés del espectador a lo largo de su desarrollo.