Una reciente sesión de la Comisión Electoral de Georgia culminó con el jefe de esta entidad cubierto de tinta, en el contexto de la convalidación de resultados electorales. El 26 de octubre, Georgia llevó a cabo unas elecciones legislativas marcadas por la controversia, debido a las acusaciones de fraude por parte de la oposición, que calificó los comicios como “robados” y solicitó una investigación exhaustiva.
Acusaciones de fraude electoral
La oposición prooccidental en Georgia, un país con una población cercana a los 4 millones de habitantes, ha acusado al partido oficialista de haber llevado a cabo prácticas como la compra de votos y la presión sobre los electores, especialmente en áreas rurales y menos pobladas. En este contexto, la presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili, quien ha tenido conflictos con el gobierno, denunció un sistema de fraude electoral que, según ella, se basa en una “metodología rusa”. Zurabishvili se negó a responder a una citación de la fiscalía que investiga las denuncias de fraude, lo que ha generado aún más controversia.
Incidente en la Comisión Electoral
Durante la reunión en la que se validaron los resultados de las elecciones, el presidente de la Comisión Electoral Central (CECGiorgi Kalandarishvili, fue rociado con tinta negra por un diputado opositor, quien fue expulsado del lugar. Este incidente fue grabado por un asistente y posteriormente se difundió en medios de comunicación y redes sociales, lo que amplificó la atención sobre la situación electoral en el país.
Kalandarishvili continuó su intervención tras el incidente y afirmó que, después de las elecciones, se había producido una “cascada de desinformación continua” en contra de la CEC y del proceso electoral. Aseguró que la opinión pública, tanto en Georgia como a nivel internacional, recibiría información objetiva sobre el proceso. En sus declaraciones, Kalandarishvili sostuvo: “Hemos celebrado las elecciones conforme con altos estándares europeos. No se ha violado el secreto de voto, como dicen los opositores, y no hay pruebas de ello”.
Reacciones de la oposición
El opositor Gueorgui Vashadze instó a sus compañeros de partido a “armarse de pintura” para arrojarla sobre “todos los falsificadores de las elecciones”, subrayando que las elecciones eran ilegítimas tanto para quienes estaban dentro del proceso como para quienes observaban desde fuera.
Resultados de las elecciones legislativas
A pesar de las acusaciones de fraude, la CEC anunció que los resultados finales de las elecciones legislativas confirmaron la victoria del partido oficialista, Sueño Georgiano, que obtuvo el 53,93% de los votos. En contraste, la alianza de partidos opositores logró un 37,79%. Según el protocolo final de las elecciones, Sueño Georgiano, que ha estado en el poder desde 2012, obtuvo 89 escaños en el nuevo Parlamento, mientras que los cuatro partidos opositores que no reconocieron los resultados y exigen una nueva votación tendrán 61 mandatos.
Reacciones internacionales
Es importante señalar que tanto la Unión Europea como Estados Unidos han criticado las “irregularidades” observadas durante la votación y han solicitado investigaciones al respecto. Sin embargo, el partido gobernante sostiene que el proceso electoral fue libre y justo, reafirmando que la adhesión a la UE sigue siendo “la prioridad absoluta” de Tiflis. Esta aspiración, junto con el deseo de pertenecer a la OTAN, está consagrada en la Constitución de Georgia.