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La situación carcelaria en Chile ha sido objeto de análisis por parte de Felipe Harboe, investigador del Centro de Estudios de Seguridad y Crimen Organizado USS, quien conversó con La Prueba de ADN sobre los desafíos que enfrenta el sistema penitenciario en el país. La problemática de las cárceles ha sido considerada crítica a nivel nacional, abarcando aspectos como la infraestructura, la seguridad y otros factores relevantes. Recientemente, la discusión se ha intensificado tras el homicidio de un reo en el Penal Biobío en Concepción, donde se reportó que la víctima fue decapitada en un supuesto ritual satánico, un hecho que ha generado un gran impacto y ha abierto un amplio campo para el análisis.
Prioridades en la problemática carcelaria
Harboe enfatizó la necesidad de “ordenar las prioridades” en relación con la situación actual. Según sus declaraciones, “lo primero es hacerse cargo de que hoy tenemos un aumento de cerca de un 160% de la población penal en los últimos 10 años”. Este aumento en la población carcelaria ha llevado a cuestionar la efectividad de los proyectos que incrementan la rigurosidad de las penas y el uso de la prisión preventiva, sin que se acompañen de un aumento proporcional en los recursos destinados a mejorar la infraestructura penitenciaria.
El investigador planteó la pregunta: “¿por qué cuando se aprueban proyectos que aumentan el nivel de rigurosidad y uso de la prisión preventiva o de las condenas, no se aumentan también los recursos disponibles para aumentar la infraestructura?”. Esta interrogante resalta la necesidad de abordar el déficit carcelario, que contribuye al hacinamiento, un factor que, según Harboe, es el punto de partida para problemas como el tráfico de drogas y la consolidación del crimen organizado.
Construcción de nuevas cárceles
Harboe subrayó la urgencia de construir más cárceles, reconociendo que “a nadie le gusta que le pongan una cárcel en su comuna”, por lo que sugirió la implementación de un sistema de compensación o mitigación para las comunidades afectadas. Además, destacó que las nuevas instalaciones deben ser “cárceles especiales”, haciendo referencia a la necesidad de centros penitenciarios modernos y de calidad.
Mejoras en la vida carcelaria
La discusión también abarca cómo se lleva a cabo la vida dentro de las cárceles y el trato hacia los internos. Harboe argumentó que es fundamental garantizar derechos básicos, como la integridad física de los reos. “Aquí se requiere pasar de un estado donde el ingreso a la cárcel no garantice ni siquiera un derecho fundamental, como es la integridad”, afirmó. Además, enfatizó que el sistema debe facilitar la reinserción social de los internos, lo cual es difícil de lograr en condiciones de hacinamiento, donde predominan las interacciones entre bandas delictuales.
El investigador también hizo hincapié en la creciente peligrosidad de los delincuentes, señalando que “hoy tenemos delincuentes que son mucho más avezados”. Por lo tanto, sugirió que los cabecillas del crimen organizado deberían ser tratados de manera similar a como se hace en las cárceles de alta seguridad en Europa.
Medidas internas para el control carcelario
Además de la necesidad de infraestructura y la creación de nuevos centros penitenciarios, Harboe propuso medidas más accesibles que podrían mejorar la situación actual. Una de estas medidas es la implementación de uniformes para los reos, eliminando las diferencias entre ellos y evitando que puedan ocultar elementos peligrosos en su vestimenta. También mencionó la importancia de utilizar trajes antiflama, que facilitarían la identificación en caso de fuga.
Otro aspecto relevante es el bloqueo de señales de telefonía móvil dentro de las cárceles. Harboe recordó que intentó impulsar esta medida durante el primer mandato de Michelle Bachelet, pero no tuvo éxito debido a limitaciones tecnológicas. Sin embargo, afirmó que “hoy es perfectamente posible tener el bloqueo de las comunicaciones completas al interior de los recintos penitenciarios”, lo que podría ser una herramienta valiosa para prevenir la operación de “call centers delictuales”.
Finalmente, Harboe destacó que “no todo es infraestructura” y que es crucial abordar la situación de Gendarmería, indicando que esta institución “requiere de una cirugía mayor” para mejorar el control y la gestión dentro de las cárceles.