Perú y Chile se preparan para enfrentar nuevos aranceles de EE.UU. con estrategias comerciales diversificadas

Perú y Chile: resiliencia ante aranceles de Trump gracias a acuerdos comerciales.
Perú y Chile: resiliencia ante aranceles de Trump gracias a acuerdos comerciales.

Pese al fuerte remezón comercial que provocó el nuevo paquete de aranceles anunciado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dos economías sudamericanas aparecen mejor posicionadas para sortear las turbulencias: Perú y Chile. Ambos países cuentan con redes consolidadas de tratados de libre comercio y una matriz exportadora diversificada, lo que podría amortiguar el impacto del impuesto del 10 % aplicado a buena parte de los productos latinoamericanos que ingresan al mercado norteamericano.
Según declaró el presidente de Perucámaras, Óscar Zapata, a DFSUD, la fortaleza radica en el abanico de acuerdos internacionales que poseen. Chile tiene 34 tratados de libre comercio vigentes y Perú suma 22, lo que les otorga acceso preferente a múltiples mercados. Esta arquitectura comercial les permite activar rutas alternativas y reducir la dependencia de Estados Unidos como destino principal de sus exportaciones.
En el caso peruano, por ejemplo, la participación estadounidense en su comercio exterior ha disminuido a un rango de entre 13 % y 14 %, mientras que Asia representa actualmente el 36 %, con China como socio clave. Para el empresariado peruano, este reequilibrio ha sido resultado de una estrategia deliberada. “Nos hemos preparado muy bien para que la canasta exportadora no esté concentrada en un solo mercado”, explicó Zapata al citado medio. A su juicio, este escenario otorga a Perú márgenes de maniobra más amplios frente al giro proteccionista adoptado por la Casa Blanca. A ello se suman productos con alta demanda estructural por parte de Estados Unidos, como los bienes agroindustriales, que representan el 35% de las exportaciones peruanas. Estados Unidos no nos compra por caridad, sino porque necesita nuestros productos”, apuntó el representante gremial.

¿Y qué hay con Chile?

En Chile, el panorama es similar. La existencia de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, vigente desde 2004, ha consolidado un vínculo comercial sólido que abarca productos como el salmón, las uvas, los arándanos, la madera y el vino. Aunque el nuevo arancel del 10 % afecta a gran parte de estas exportaciones, según conoció BioBioChile, la administración de Trump excluyó del gravamen al cobre y a otros bienes clave para la economía chilena, lo que mitiga en parte el golpe. La presidenta de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Susana Jiménez, indicó a la BBC Mundo que la medida “tiene un efecto indudable para un país pequeño y globalizado como Chile, pero valoró que algunos rubros estratégicos hayan quedado fuera del impuesto. Este respiro, no obstante, no disipa el desafío que enfrentan sectores como el agrícola y el pesquero, cuyas ventas externas dependen en gran medida del mercado estadounidense.
Desde una perspectiva regional, los aranceles estadounidenses afectarán de manera desigual a los países de América Latina. En declaraciones a ese mismo medio, el economista jefe para la región de Oxford Economics, Joan Domene, señaló que, pese a la gravedad de la medida, “la región está mejor posicionada que otras partes del mundo”. Aun así, advirtió que se aproxima una desaceleración global del comercio que podría tener efectos secundarios sobre las economías latinoamericanas, incluida la chilena.

Estructura de exportaciones

Una diferencia clave con otros países sudamericanos, como Colombia, radica en la estructura de exportaciones. Mientras el café, las flores y productos procesados encabezan las ventas colombianas a Estados Unidos, en el caso chileno y peruano existe una mayor participación de bienes que mantienen demanda alta incluso en condiciones de mercado adversas. Además, ambos países han cultivado relaciones comerciales con Asia y buscan expandir su presencia en otras regiones.
En este contexto, India surge como una posible válvula de escape. Tanto Chile como Perú han intensificado sus negociaciones con Nueva Delhi en los últimos años. India es hoy la tercera economía del mundo y para 2050 probablemente sea la segunda”, expresó Zapata, tras destacar que la firma de un tratado de libre comercio entre Perú e India se concretaría en 2025. En ese sentido, el nuevo puerto de Chancay, construido con capitales chinos, se perfila como una plataforma clave para impulsar el comercio con Asia desde la costa pacífica sudamericana.
Zapata aseguró que muchas de las agroexportaciones peruanas provienen de capitales chilenos, lo que refuerza la interdependencia entre ambos países en sectores clave. Este vínculo podría fortalecerse en la medida que busquen mercados comunes ante un eventual retroceso de las exportaciones hacia Estados Unidos. “Estamos en una posición favorable para buscar nuevas rutas comerciales”, afirmó el líder empresarial.

Ámbito político

En el plano político, las reacciones han sido más contenidas en Lima y Santiago en comparación con otras capitales latinoamericanas. Mientras Colombia, a través de su presidente Gustavo Petro, llegó a calificar los aranceles como positivos en algunos sectores, y Argentina destacó la buena relación bilateral pese al impacto económico, los gobiernos de Perú y Chile han optado por una estrategia de diplomacia económica más prudente, sin hacer declaraciones frontales. El nuevo arancel, denominado “recíproco” por el gobierno estadounidense, implica que casi todos los productos importados desde América Latina deberán pagar un impuesto del 10 % al cruzar la frontera. De acuerdo a la información oficial, el gravamen lo asume el importador estadounidense, lo que eleva el precio del bien final y puede traducirse en una caída de la demanda. Esto representa un riesgo para las exportaciones de productos sensibles como la palta peruana o el salmón chileno, que enfrentan competencia directa en el mercado estadounidense.
“Más caros”
Gabriel Amaro, presidente de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (Agap), advirtió que “nuestros productos entrarían más caros a EE.UU., donde nuestros competidores, aparentemente, tienen la misma tasa, pero aún no conocemos cómo se aplicará y podría tener consecuencias peores”. Uno de los casos que mencionó fue el de la palta, que podría perder competitividad frente a la mexicana. El acuerdo comercial con Estados Unidos no protege automáticamente de estas nuevas medidas. Pese a contar con un tratado de libre comercio, Perú no fue excluido de los nuevos aranceles, ya que la medida fue aplicada de forma unilateral por la Casa Blanca. Ante ello, el gobierno peruano ya anunció que solicitará una revisión de los aranceles. Aun así, expertos locales reconocen que, dado que el impuesto es uniforme para casi todos los países, Perú aún podría conservar ventajas relativas frente a competidores con mayores gravámenes, como Venezuela (15 %) o Nicaragua (18 %).
Por su parte, el gobierno chileno ha mantenido un enfoque técnico frente al impacto de la medida. Aunque no se han detallado pasos específicos, los gremios empresariales han comenzado a evaluar los efectos sector por sector. “Estamos analizando el impacto de estos aranceles en nuestras exportaciones clave”, dijo un vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores en contacto con medios nacionales.

Guerra arancelaria

La guerra arancelaria no se limita al vínculo entre América Latina y Estados Unidos. La escalada más pronunciada se da entre Washington y Beijing, donde el nuevo paquete anunciado por Trump elevó los aranceles a los productos chinos hasta un 125 %. Esta disputa ya ha tenido efectos indirectos en otras economías, incluyendo el redireccionamiento de flujos comerciales desde China hacia otros países de Asia. El conflicto también amenaza con alterar cadenas globales de suministro, lo que podría generar nuevas oportunidades para economías exportadoras como la peruana y la chilena si logran posicionarse como alternativas competitivas. Aunque los efectos completos del nuevo esquema arancelario aún no se han manifestado plenamente, la estructura comercial diversificada y el acceso a múltiples mercados colocan a Perú y Chile en una posición comparativamente más sólida para enfrentar este nuevo capítulo del proteccionismo estadounidense. Como apuntó el economista Felipe Hernández, de Bloomberg Economics, América Latina podría incluso ganar terreno en el comercio con Estados Unidos si actúa con rapidez y estrategia. El gobierno peruano anunció que solicitará una revisión de los aranceles, mientras en Chile aún no se han detallado pasos formales en esa dirección. Posibles reuniones bilaterales futuras se podrían dar con el objetivo de obtener claridad sobre los alcances del nuevo régimen arancelario y explorar posibles excepciones. En tanto, los exportadores siguen atentos a la evolución de la demanda en el mercado estadounidense y al avance de acuerdos con países emergentes que permitan reducir la exposición a eventuales cambios en la política comercial de Washington.