La investigación sobre los dinosaurios y su alimentación ha dado un paso significativo gracias al análisis de bromalitos, que son restos digestivos fosilizados. Un grupo de científicos de Suecia, Noruega, Hungría y Polonia ha logrado examinar más de 500 de estos bromalitos, lo que les ha permitido esclarecer las redes de alimentación entre diferentes especies de dinosaurios y los factores que contribuyeron a su predominancia en el ecosistema durante la era Mesozoica. Este trabajo fue realizado por investigadores de diversas instituciones de renombre, incluyendo la Universidad de Uppsala en Suecia y el Instituto de Paleobiología de la Academia Polaca de Ciencias en Varsovia, Polonia, y los resultados fueron publicados en la revista Nature.
El investigador en paleontología Fernando Novas, del Conicet y del Museo Argentino de Ciencias Naturales en Buenos Aires, quien participó en el estudio, comentó: “Los sorprendentes descubrimientos realizados por [el equipo] permiten, por vez primera, tener datos firmes para reconstruir las dietas de los primeros seres que habitaron nuestro planeta”. En este contexto, Martin Qvarnström, del Departamento de Biología de Organismos y autor principal del estudio, afirmó: “Descifrar quién comía en el pasado es una auténtica labor detectivesca”.
El objetivo del equipo fue entender cómo los dinosaurios lograron dominar la Tierra durante la transición del Período Triásico al Jurásico, un evento que ocurrió hace aproximadamente 201 millones de años. Este periodo marcó una transición significativa en la que los dinosaurios comenzaron a desplazar a otros grupos de tetrápodos. Sin embargo, este proceso ha permanecido parcialmente incierto hasta ahora.
El enfoque del análisis se centró en la Cuenca del Jurásico tardío y temprano. A través de su investigación, los científicos postularon que varios factores favorecieron el predominio de los dinosaurios, tales como el cambio climático, la actividad volcánica, el aumento de cambios climáticos, la diversificación de las plantas y una mayor diversidad ambiental. Además, se observó que los ancestros de los dinosaurios, que inicialmente eran omnívoros, evolucionaron hacia formas carnívoras y herbívoras, lo que les permitió ocupar nichos ecológicos y adaptarse a diferentes ambientes.
Para llevar a cabo su investigación, el equipo utilizó una metodología avanzada que incluyó imagenología 3D para estudiar los vómitos de los dinosaurios. Esta técnica se basa en la tecnología de tomografía computarizada y resonancia magnética, lo que permite crear imágenes tridimensionales detalladas de objetos o estructuras internas sin necesidad de destruir los fósiles. En el ámbito de la paleontología, esta metodología permite encontrar detalles ocultos en los contenidos digeridos de los bromalitos, lo que ayuda a entender mejor las relaciones entre los animales y sus ecosistemas.
Las implicancias de esta investigación son significativas, ya que plantean preguntas clave sobre si los hallazgos pueden extrapolarse a otras regiones del mundo. La investigación sugiere ofrecer nuevas perspectivas sobre distintas latitudes del planeta. Los autores concluyen que, aunque el contexto geológico y ambiental puede ser único, los métodos utilizados podrían aplicarse a otras partes de la ciencia. Fernando Novas reconoció que hay cuestiones que aún necesitan ser profundizadas: “Las rocas de este período (hace unos 230 a 240 millones de años) asoman en provincias como San Juan (con el Valle Luna) y La Rioja (en el Parque Nacional Talampaya), conjuntamente con ricos yacimientos en el sur de Brasil, que nos brindan valiosa información acerca de las criaturas que vivieron en esa etapa de la vida en la Tierra”.
La investigación tiene el potencial de develar incógnitas que residen en los esqueletos de los dinosaurios. “Algunos están muy bien preservados, y a partir de su árbol filogenético podemos identificar algunos (sobre la base de la forma de los dientes), aunque poco sabemos sobre los hábitos alimenticios exactos que habrían modificado a lo largo de miles de años”, señaló Novas. El estudio publicado tiene un gran potencial para aplicarse en investigaciones paleontológicas futuras. Los autores escribieron: “Este estudio proporciona herramientas tróficas para épocas geológicas en todo el mundo”. Además, consideraron que podría ser útil para estudios prehistóricos en períodos como el Cretácico, cuando se dieron importantes cambios en la fauna terrestre. Lawrence Tanner, que pertenece a Biológicas Ambientales en Le Moyne College, Syracuse, Nueva York, también destacó en el artículo de Nature la importancia de innovar y examinar huellas de animales de tiempos prehistóricos. “Gracias a la tecnología 3D, podemos ver el interior con precisión de los dinosaurios”, concluyó.
El estudio muestra que a finales del Triásico, los primitivos dinosaurios comenzaron a desplazar a otros grupos, marcando el inicio de su dominación. Inicialmente omnívoros, evolucionaron hacia formas carnívoras y herbívoras, lo que les permitió ocupar nichos ecológicos y adaptarse a los cambios ambientales.