Aumento del cortisol: ¿Cuáles son los síntomas que no debes ignorar?

Descubre los síntomas clave del aumento del cortisol
Descubre los síntomas clave del aumento del cortisol

Cortisol, hormona clave en el estrés, regula funciones vitales. Aprende cómo mantener su equilibrio y mejorar tu salud mental y física.

El cortisol es una hormona esencial que juega un papel crucial en la respuesta del cuerpo ante situaciones de estrés y en la regulación de diversas funciones fisiológicas. Esta hormona es secretada por las glándulas suprarrenales, que son estimuladas por la glándula pituitaria ubicada en el cerebro. Según la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el cortisol permite a los individuos responder adecuadamente a situaciones estresantes o enfermedades, produciendo pulsos que son más prominentes en las primeras horas de la mañana y que afectan a la mayoría de los órganos del cuerpo.

El doctor Rolando Salinas, jefe de Salud Mental del Hospital Alemán y profesor de Psicología en la Universidad Católica Argentina (UCA), explicó que las funciones del cortisol son múltiples, siendo especialmente importante en los mecanismos de adaptación del organismo. En situaciones de estrés, se produce un aumento en los niveles de cortisol en circulación, lo que prepara al individuo para enfrentar la situación estresante, ya sea a través de una respuesta de “lucha o huida”. Esto implica que el cuerpo y la mente se preparan para afrontar el desafío de la mejor manera posible.

La doctora Laura Maffei, endocrinóloga y directora de un centro médico, añadió que cuando el cuerpo percibe una amenaza, envía una señal a los riñones para que produzcan dos hormonas clave: la adrenalina y el cortisol. Maffei destacó que, para poder luchar o huir del estrés, el cuerpo necesita lucidez, buena memoria y una adecuada irrigación sanguínea, lo que se traduce en un aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria, así como en la oxigenación de la sangre y en la liberación de azúcar necesaria para generar energía. Este conjunto de reacciones es esencial para la respuesta del organismo ante el estrés. Sin embargo, si el estímulo estresante persiste, los niveles de cortisol, así como la presión arterial y la frecuencia cardíaca, pueden mantenerse elevados, lo que puede tener efectos adversos en la salud.

El cortisol desempeña muchas funciones importantes en el cuerpo, como la regulación del uso de grasas, proteínas y carbohidratos, así como la supresión de la inflamación y la regulación de la presión arterial y del ciclo sueño-vigilia. Para evaluar si los niveles de cortisol son elevados, un médico general o endocrinólogo puede solicitar análisis de sangre, orina o saliva. Además, se pueden recomendar diversas estrategias para reducir los niveles de cortisol, como la práctica de actividad física regular y un buen descanso.

Los niveles elevados de cortisol pueden tener consecuencias graves para la salud, incluyendo efectos negativos en la función cognitiva, la atención y la memoria a corto plazo. El doctor Salinas mencionó que se han demostrado alteraciones en ciertas áreas del sistema nervioso central, como el sistema límbico, el hipocampo, la corteza prefrontal y la amígdala, que son estructuras involucradas en la función cognitiva y la regulación emocional.

Además, el exceso de cortisol puede estar relacionado con condiciones médicas como el síndrome de Cushing, que se caracteriza por un aumento de peso, debilidad y problemas de hematomas. Los pacientes con esta enfermedad requieren tratamientos médicos adecuados para abordar la patología subyacente. Por otro lado, las personas con insuficiencia suprarrenal crónica, conocida como enfermedad de Addison, pueden experimentar síntomas como fatiga extrema, mareos, oscurecimiento de la piel y pérdida de apetito, debido a la incapacidad de sus glándulas suprarrenales para producir suficiente cortisol.

Los síntomas y signos comunes de niveles elevados de cortisol incluyen aumento de peso, presión arterial alta, glucemia elevada, disminución de la absorción de calcio en los huesos, aumento del colesterol, cambios de humor, alteraciones menstruales y problemas en la calidad del sueño y en la piel.

Para disminuir los niveles de cortisol, se pueden adoptar simples cambios en el estilo de vida. Algunas recomendaciones incluyen reducir el estrés a través de la meditación, asegurarse de dormir lo suficiente, realizar actividad física de manera regular, mantener relaciones interpersonales saludables, respetar los ritmos circadianos, estar en contacto con la naturaleza, seguir una dieta antiestrés, practicar ejercicios de respiración profunda y desarrollar una práctica espiritual.