El consumo de comida callejera puede ser una opción económica, pero también conlleva riesgos significativos para la salud. Uno de los principales peligros asociados a la compra de alimentos en el comercio ambulante es la falta de un control sanitario adecuado. Muchos vendedores preparan y sirven los alimentos en espacios al aire libre, lo que los expone a contaminantes como polvo, humo de vehículos e insectos. Además, las condiciones en las que se almacenan y manipulan los alimentos a menudo no cumplen con las normas mínimas de higiene, aumentando así la posibilidad de contaminación bacteriana y otras enfermedades.
Peligros para la salud al comprar comida callejera
Los riesgos asociados a la comida callejera son variados y pueden incluir:
Contaminación alimentaria
Los alimentos pueden estar expuestos a contaminantes como polvo, humo, insectos y otros agentes externos que pueden comprometer su seguridad.
Manipulación inadecuada de los alimentos
En muchos casos, los vendedores no siguen las normas básicas de higiene, como el lavado de manos antes de manipular los alimentos o la desinfección de utensilios, lo que puede llevar a la contaminación de los productos.
Temperaturas peligrosas
Los alimentos que no se mantienen a las temperaturas adecuadas pueden convertirse en un caldo de cultivo para bacterias, aumentando el riesgo de enfermedades alimentarias.
Falta de control sanitario
Los puestos de comida callejera no están sujetos a los mismos controles sanitarios rigurosos que los restaurantes establecidos, lo que puede resultar en una mayor exposición a riesgos sanitarios.
Recomendaciones al comprar comida callejera
Según Paulina Canales, gastroenteróloga infantojuvenil de la Clínica Santa María, es recomendable evitar la compra de alimentos a vendedores ambulantes, ya que “no utilizan ninguna norma sanitaria relacionada con la salubridad de los alimentos”. En caso de optar por consumir alimentos callejeros, Lidia Paz Castillo, nutricionista y académica de la Escuela de Tecnología Médica de la Universidad Diego Portales (UDP), sugiere priorizar alimentos cocidos y servidos calientes. Además, es importante revisar las condiciones higiénicas del lugar y del manipulador. Si hay dudas sobre la seguridad de los alimentos, es mejor no consumirlos y optar por alternativas más confiables.
Enfermedades asociadas al consumo de comida callejera
El consumo de comida callejera, especialmente de productos como mariscos y frituras, puede estar relacionado con la exposición a diversas enfermedades. Las siguientes son algunas de las enfermedades que se pueden contraer:
Salmonelosis
Causada por bacterias del género Salmonella, que pueden contaminar mariscos y otros alimentos crudos o mal cocidos. Los síntomas incluyen fiebre, diarrea, dolor abdominal, náuseas y vómitos.
Infección por Escherichia coli (E. coli) enterotoxigénica
Esta infección está asociada a la ingesta de alimentos o agua contaminada con materia fecal. Los síntomas pueden incluir diarrea acuosa, cólicos y, en casos graves, síndrome urémico hemolítico y falla renal.
Vibrio parahaemolyticus
Frecuente en mariscos crudos o mal cocidos, especialmente en verano.
Hepatitis A
Asociada al consumo de alimentos contaminados con el virus por manipuladores infectados. Los síntomas incluyen fiebre, fatiga, ictericia, náuseas y pérdida de apetito.
Norovirus
Común en alimentos como mariscos y frituras contaminados. Los síntomas incluyen vómitos intensos, diarrea y malestar general.
Anisakiasis
Producida por larvas de parásitos presentes en pescados y mariscos crudos o poco cocidos.
Giardiasis
Transmitida por alimentos contaminados con quistes de Giardia lamblia. Los síntomas incluyen diarrea crónica, distensión abdominal y fatiga.
Toxinas marinas
Algunas especies de mariscos pueden contener toxinas como la toxina paralizante de los mariscos (PSP), cuyos síntomas incluyen entumecimiento, mareos, debilidad muscular e incluso parálisis en casos severos.