
El gobernador de la Región Metropolitana de Santiago, Claudio Orrego, ha expresado su preocupación por el sistema de control de armas en el país, a raíz de la reciente balacera ocurrida en Peñaflor, que resultó en la muerte de un menor de 11 años tras recibir tres disparos.
Orrego declaró: “Creo que, cuando los niños empiezan a caer producto de balazos en medio de un partido de fútbol, es que estamos en un nivel bastante crítico de inseguridad en nuestra región”. En su análisis, el gobernador regional subrayó que el sistema de control de armas está colapsado, citando una alarmante cifra de 74 mil armas inscritas que se encuentran desaparecidas en Chile.
El gobernador continuó: “Eso da cuenta de que el sistema no está funcionando. Está demasiado fragmentado, falta tecnología y, sobre todo, falta una acción decidida para eliminar este mercado secundario que permite que personas de cualquier edad puedan ocupar un arma de fuego”.
La necesidad de una reingeniería en el control de armas
Tras el trágico suceso que involucró al menor en Peñaflor, Orrego enfatizó la urgencia de llevar a cabo una “reingeniería completa” del sistema de control de armas en Chile. En este contexto, se reunió con José Ruiz Hermán, alcalde de Peñaflor, para discutir la posibilidad de invertir en cámaras de televigilancia en la comuna, siguiendo el modelo que se está implementando en Padre Hurtado.
El gobernador regional también destacó que “esto ya no es un problema de la parte urbana de Santiago. Las comunas rurales son también parte del fenómeno, tanto del crimen organizado como del crimen violento”. En su declaración, Orrego lamentó que la situación actual permita que “las armas están al alcance de cualquiera: un niño de 18 años termina matando a un niño menor de edad”.
La crítica de Orrego al sistema de control de armas resalta la necesidad de abordar de manera integral la problemática de la violencia armada en el país, así como la importancia de implementar medidas efectivas para garantizar la seguridad de los ciudadanos.