Con la crisis sanitaria, las organizaciones tuvieron que implementar medidas de trabajo remoto para proteger la salud de sus empleados, evitar la expansión del virus y procurar la continuidad del negocio en tiempos de incertidumbre.
Acostumbrarse a trabajar desde casa no fue tarea sencilla ni para los empleados, ni para las organizaciones. Sólo 51% de los empleados logró adaptarse a trabajar de manera remota de forma inmediata y al resto le ha tomado entre días hasta aún no sentirse totalmente adaptados.
Alfredo Araneda, Country Manager de Robert Walters Chile comenta que “Nadie enseñó a las empresas, ni a los empleados a trabajar de manera remota y aunque era una práctica que ya había sido adoptada en algunas organizaciones, la mayoría lo vivió como un cambio drástico y sin duda, en el futuro se espera que se implementen más medidas de trabajo remoto”.
Robert Walters lanzó un estudio para conocer más sobre cómo se han adaptado los empleados y las organizaciones para hacer frente al COVID-19, seguir siendo productivos y mantener la operación. 45% de los empleados chilenos asegura que su productividad ha aumentado desde que se encuentran trabajando desde casa y los factores principales para que esto suceda son la disminución de los tiempos de traslado (77%), mayor flexibilidad (66%) y menos distractores (42%).
La saturación de medios de transporte en horas punta y los embotellamientos eran quejas constantes de los empleados chilenos, los cuales no tenían otra opción para poder llegar a sus espacios de trabajo. Sin embargo, el desgaste físico y emocional que se vive en el día a día podían generar que los empleados se sintieran más cansados y desmotivados al momento de trabajar.
Alfredo comenta que “para muchos empleados el trabajar desde casa ha permitido un ahorro de tiempo, ahora pueden pensar en otras actividades como leer, hacer ejercicio, ver series y pasar tiempo con sus familias, en lugar de estar estancados esperando el momento de llegar”
En cuando a la flexibilidad de trabajo, los empleados consideran que el tener mayor flexibilidad les permite aumentar su motivación, mejorar su productividad y la calidad de su trabajo.
Uno de los retos principales para implementar políticas flexibles, es la preocupación de que los empleados puedan abusar, pero este periodo ha permitido eliminar el paradigma de que los empleados necesitan estar en el mismo lugar por más de 8 horas seguidas para poder trabajar de manera productiva.
“Cuando la pandemia termine, no habrá vuelta atrás. Las empresas necesitarán ser más flexibles para poder retener y atraer a su personal. Para crear una cultura de flexibilidad, se puede cambiar la forma de medición de desempeño para enfocarla en resultados, además se pueden implementar nuevos canales de comunicación. Algo importante que las organizaciones deben de cuidar es que sus empleados no se fatiguen, ya que el trabajar desde casa, se crea una línea borrosa entre vida personal y profesional.” añadió Alfredo.
Aunque tener menos distractores es otro de los elementos que ha elevado la productividad, 46% de los empleados declaró que tiene niños en casa lo cual puede generar tareas extra como revisión de tareas y apoyo durante las clases. Para trabajar mejor con la familia presente, Alfredo recomienda: Establecer límites y adaptar un espacio de trabajo, coordinar actividades para los niños, organizar la agenda diaria, alternar actividades con otros miembros de la familia y procurar tener un balance entre trabajo y familia para poder pasar tiempo de calidad.
La pandemia ha demostrado que existen muchos mitos sobre la productividad laboral, pero los empleados han sabido responder de manera responsable a las necesidades de sus organizaciones, lo cual ha generado más confianza por parte de los empleadores y ha establecido las bases para la implementación de nuevas formas de trabajo.