Un brote de gripe aviar ha devastado el Centro Defensa Wild Felid, un santuario de vida silvestre ubicado en Shelton, Washington, resultando en la muerte de más de la mitad de su población de grandes felinos en un corto período de tiempo. Esta situación ha dejado al equipo del centro y a la sociedad estadounidense en un estado de profunda tristeza y conmoción. Mark Mathews, director del santuario, describió la experiencia como una “pesadilla viviente”. Antes del brote, la instalación albergaba 37 diversas especies de felinos, incluyendo pumas, linces y tigres. Actualmente, solo quedan 17 felinos, de los cuales cuatro están en proceso de recuperación.
El brote se detectó inicialmente alrededor del Día de Acción de Gracias, que fue el 27 de noviembre del año pasado, cuando comenzaron a aparecer los primeros casos entre los felinos del santuario. Según los funcionarios de salud, el virus se propaga principalmente a través de secreciones respiratorias y el contacto con aves infectadas o ambientes contaminados. Aunque no está completamente claro cómo los felinos contrajeron la enfermedad, la proximidad al entorno natural del estado de Washington, donde ha habido un aumento de aves silvestres, podría haber sido un factor determinante. El virus demostró ser particularmente letal para los felinos, con síntomas que progresaron rápidamente, causando la muerte de muchos dentro de las 24 horas posteriores a la infección.
Entre las especies afectadas se encuentran cinco servales africanos, linces, dos linces canadienses, un caracal africano, un tigre híbrido Amur-Bengala, un gato Geoffroy, entre otros. Cada uno de los felinos fallecidos tenía una historia única que reflejaba el trabajo de protección de estas especies. Tabbi, una tigresa híbrida, era especialmente querida por Mathews, quien mencionó que a Tabbi le encantaba jugar en el agua, lo que la hacía destacar entre los demás. Otra felina notable fue Hannah, un puma que llegó al santuario cuando era una cachorra, tras ser rescatada de su madre en Wyoming. Hannah era conocida por su carácter dulce y su afición a acercarse sigilosamente a los voluntarios. También falleció Mouse, un pequeño felino que había capturado los corazones de todos quienes lo conocían.
El santuario había colocado a los felinos bajo estricta cuarentena para evitar la propagación del virus. Además, el personal del centro ha estado trabajando junto a autoridades estatales y federales, así como veterinarios, para desinfectar las instalaciones y diseñar estrategias que protejan a los felinos que sobreviven. Jolie Connolly-Poe, una empleada del centro, expresó su devastación por la rapidez con la que el virus afectó a los animales, afirmando: “Estamos haciendo todo lo posible para cuidar y recuperar”. La Asociación Estadounidense de Medicina Veterinaria informó que los felinos pueden mostrar fiebre, pérdida de energía y apetito, además de problemas respiratorios que pueden derivar en neumonía severa. Uno de los felinos en recuperación, Harley, presentó complicaciones poco habituales incluso después de recibir tratamiento, lo que subraya la complejidad de combatir un virus que afecta a los animales.
La transmisión del virus a humanos es rara. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han documentado casos en los que mamíferos han infectado a personas, como ocurrió en 2016 con un felino y en 2024 con una nutria. Estos incidentes resaltan la importancia de manejar los brotes con extremo cuidado para minimizar el riesgo de propagación. El virus ha ido en aumento, afectando tanto a animales silvestres como a aquellos en cautiverio. Recientemente, se confirmaron casos de pumas en una región distinta, lo que plantea preocupaciones sobre la diseminación del virus. Los CDC explicaron que, aunque la influenza aviar infecta y se propaga principalmente a través de aves acuáticas migratorias y aves de corral, algunos mamíferos pueden infectarse al consumir aves infectadas. Esto incluye, entre otros, a leones, osos, zorros, zorrillos, visones de granja, así como a gatos y perros domésticos.
Desde que comenzó el brote en 2022, se han reportado más de 1100 brotes en 48 estados. En marzo de 2024, se registró por primera vez la infección en vacas lecheras y trabajadores de productos lácteos avícolas. Actualmente, los zoológicos del país han comenzado a tomar medidas de precaución. Se reportó que cinco felinos murieron en un zoológico en las afueras de Phoenix, y otro animal falleció en el zoológico de Seattle. La nueva reserva salvaje representa no solo un valor biológico significativo, sino también un golpe emocional profundo para el santuario, que ha estado dedicado durante décadas a la protección de estas especies. Mathews admitió que nunca había enfrentado una situación de tal magnitud, afirmando: “Nunca pensé que algo así nos pasaría. Te despiertas y piensas que es una mala pesadilla, pero no lo es”.
El santuario espera reabrir el próximo año, una vez que se hayan desinfectado las instalaciones y se hayan establecido protocolos adicionales para prevenir futuros brotes. Mientras tanto, el equipo continúa garantizando el bienestar de los felinos restantes y busca el apoyo de la comunidad para superar esta crisis. El caso del Centro Defensa Wild Felid pone de manifiesto los desafíos que enfrenta la conservación en un mundo donde las enfermedades zoonóticas se están volviendo cada vez más comunes. Las conexiones entre los animales en cautiverio subrayan la necesidad de implementar estrictas medidas de bioseguridad y monitoreo. Este caso invita a reflexionar sobre el delicado equilibrio entre el cautiverio y los riesgos que surgen debido a enfermedades emergentes. A medida que los equipos veterinarios y científicos investigan el impacto de estas enfermedades en los mamíferos, este caso servirá como una valiosa lección para mejorar las prácticas de manejo de la vida silvestre. Con el compromiso del equipo, el santuario buscará honrar la memoria de los felinos perdidos mientras trabaja para asegurar un futuro seguro para los que quedan.