La sorprendente conexión entre Batman y Charlie y la Fábrica de Chocolate que pocos conocen

Explora la sorprendente conexión entre Batman y Charlie en este fascinante artículo.
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La conexión entre Batman y Charlie y la fábrica de chocolate se revela a través de un sutil easter egg que une estas dos películas icónicas dirigidas por Tim Burton. En ambas historias, se menciona el término “Smilex”, que tiene un significado particular dentro del universo cinematográfico de Burton. En Charlie y la fábrica de chocolate, el personaje Mr. Bucket trabaja en una fábrica llamada Smilex, mientras que en Batman (1989), el Joker, interpretado por Jack Nicholson, utiliza un gas mortal conocido como Smylex. Este gas es un componente esencial de los planes del Joker, quien lo emplea durante el clímax de la película, cuando organiza un desfile en las calles de Gotham para celebrar el 200 aniversario de la ciudad. En un acto que oculta su malicia tras una aparente generosidad, el villano comienza a lanzar dinero a la multitud mientras libera globos llenos de Smylex. Cuando estos estallan, esparcen el gas, dejando a sus víctimas con una sonrisa grotesca.

Aunque el concepto de Smylex fue creado específicamente para la película de Burton, se basa en la idea del “Joker Venom“, un elemento recurrente en los cómics de DC desde 1940, donde apareció por primera vez en el número #1. Este veneno provoca risas incontrolables que finalmente conducen a la muerte, y ha sido adaptado en múltiples versiones animadas y cinematográficas del personaje.

En cuanto a Charlie y la fábrica de chocolate, la adaptación de 2005 es recordada con aprecio por su peculiar estilo visual, su sentido del humor y su música. La historia está basada en el libro homónimo de Roald Dahl, quien se inspiró en la rivalidad real entre las marcas de chocolate Cadbury y Rowntree’s, que incluso llegaron a utilizar espías industriales para intentar robar recetas. El rodaje de la película comenzó el 21 de junio de 2004 y se llevó a cabo principalmente en los estudios Pinewood en Inglaterra, un lugar emblemático donde Burton había construido el decorado de Batman (1989).

Filmar esta colorida película infantil resultó complicado, ya que el director y el compositor Danny Elfman trabajaban simultáneamente en El cadáver de la novia. El equipo se enfrentó a un calendario exigente, y las normas sindicales inglesas limitaban las horas de trabajo de los niños a solo cuatro horas y media diarias. Esto prolongó el rodaje durante seis meses, finalizando en diciembre de 2004. Nestlé proporcionó 1,850 barras reales de chocolate y 900,000 litros de chocolate falso que se utilizaron para recrear el río de Willy Wonka. La compañía insistió en que este pareciera comestible, a diferencia de la versión original de 1971. Se probaron nueve tonalidades diferentes antes de elegir la ideal para la película.